Archivo de la categoría: Salsas y cremas dulces, y recetas de base

CREMA LIGERA AL CAFÉ

750 g. de crema pastelera fría
250 g. de nata montada ligeramente azucarada
1 pizca de licor de café
1 cucharada de café en polvo soluble, tipo Nescafé

La nata montada la azucaramos ligeramente para que quede bien firme y no se caiga fácilmente, quedando inestable. En un bol, con ayuda de una espátula de goma, mezclamos la crema pastelera con el licor de café y el café soluble, de forma que quede una crema lisa y blanda, para poder mezclarle bien la nata montada. Es lo que haremos. Sobre la crema pastelera vamos añadiendo la nata montada y la mezclamos cuidadosamente con la espátula, hasta integrar toda, debiendo quedar una crema bien esponjosa. La dejamos enfriar un rato y la usamos para rellenar un milhojas, unos buñuelos o unos profiteroles.

SALSA DE CACAO

300 g de agua
240 g de azúcar
160 g de nata líquida
160 g de cacao en polvo

En un cazo pondremos a hervir el agua, el azúcar y la nata. Cuando haya hervido añadiremos esto a un recipiente o bol en el que habremos colocado el cacao. Mezclaremos con una varilla hasta obtener una salsa lisa y brillante y la colamos. Guardarla en la nevera, bien fresca para utilizarla.

CREMA PASTELERA

1/2 l. de leche
1 rama de vainilla abierta y rascada
50 g. de Maizena o similar
75 g. de azúcar
6 yemas de huevo
50 g. de mantequilla

En un cazo ponemos a hervir 125 g. aprox. de leche con la rama de vainilla abierta y rascada. En el momento que hierva, retiramos del fuego, tapamos con un plato y dejamos que la mezcla repose una media hora. La colamos sobre el resto de la leche, añadiendo con una varilla sin dejar de batir para que no se formen grumos, la Maizena y el azúcar. Arrimamos esta mezcla en una cazuela a fuego muy suave y dejamos que hierva muy levemente unos 10 minutos, removiendo constantemente.
Por otra parte, tendremos las yemas de huevo batidas en un bol a las que añadiremos un poco de la mezcla (leche, azúcar y Maizena) hirviendo, removemos rápidamente para que no cuajen las yemas, y lo añadimos a continuación al resto de la mezcla, recién retirada del fuego. Damos unas vueltas. En el momento que la crema esté templada, le incorporamos la mantequilla fría, sin dejar de batirla. La guardamos en la nevera bien tapada antes de utilizarla.

CUAJADA o MAMIA

Para 6 tarros,
1 l. de leche de oveja
Cuajo líquido
Sal

Distribuir en el fondo de seis tarros de barro dos o tres gotas de cuajo líquido. Poner a hervir la leche con una pizca de sal, retirándola inmediatamente del fuego. Ayudándonos de un termómetro, esperar hasta que la temperatura de la leche baje hasta los 37ºc aprox., momento en el cual podremos meter el dedo sin riesgo a quemarnos (otra forma de comprobar la temperatura, si no disponemos de termómetro). Distribuir la leche en los tarros escogidos, dejando que cuaje a temperatura ambiente sin tocarlos hasta que pasen aprox. 15 minutos. Hay quienes una vez hervida le leche, retiran la nata que se forma en la superficie y la distribuyen en cada tarro nada más vertida la leche para formar en la superficie una capa de grasa. Si no se van a comer inmediatamente cubrirlas con un papel filme e introducirlas en la nevera, no dejando pasar más de 2 días hasta su consumo. Se añade miel o azúcar poco a poco, desgajándola con la cuchara y volviendo a azucarar según vamos llegando al fondo. En ningún caso es oportuno verter el azúcar o la miel y revolver, recomendación extensible a otras preparaciones lácteas cuajadas como el yogur. Es importante no comerla recién sacada del frío. Templada o a temperatura ambiente está mejor. Si la tuviéramos que almacenar en la nevera, sacarla con la suficiente antelación como para que pierda el frío.

SALSA DE CARAMELO

250 g de azúcar
1/2 l. de nata líquida
5 cucharadas de nata líquida

Colocamos un cazo a fuego medio y dejamos que se caliente su base. Añadimos 1/4 parte del azúcar y dejamos que empiece a derretirse, a fundirse por acción del calor. Añadimos entonces otra cuarta parte, así hasta que tengamos todo el azúcar líquido en el cazo y empezando a caramelizarse, a coger color dorado. Lo hacemos así, añadiendo poco a poco, para que no se formen pelotas de azúcar que luego no hay cristiano que derrita. Es mejor ir muy despacito. Cuando el caramelo está bien dorado, añadimos el medio litro de nata líquida y dejamos que hierva suavemente unos segundos, lo justo para que el caramelo quede bien mezclado y con apariencia de salsa. Lo retiramos del fuego y lo colamos a un bol. Cuando la mezcla esté fría, le añadimos las cucharadas de nata líquida y le damos unas vueltas. Si vemos que está muy espesa, añadimos más nata hasta que tenga una densidad de salsa apetecible.

DULCE DE LECHE

1 lata de leche condensada grande

Colocamos en el fondo de una cazuela una hoja de papel de periódico doblada, para que la lata no toque el fondo directamente. La apoyamos en el fondo y cubrimos de agua. Dejamos que hierva a borbotones moderados al menos durante 2 horas, tapado y dejamos que se enfríe en el mismo agua. Siempre tiene que estar la lata cubierta de agua. Ya fría, la abrimos y el dulce de leche estará tostado y cuajado, listo para comerse entre galletas, con un bollo, etc.

SALSA DE CHOCOLATE

3/4 l. de agua
600 g de azúcar
250 g de chocolate amargo
250 g de nata líquida

Ponemos a fuego muy suave en un cazo el agua, el azúcar y el chocolate. Cuando empieza ligeramente a hervir, vertemos la nata y cuando comienza de nuevo muy suavemente el hervor, retiramos la salsa del fuego. La colamos a un bol, para retirar cualquier tropezón indeseado y la utilizamos para acompañar cualquier postre que se entone con chocolate.

FLAN DE HUEVO

yemas-con-azucar.jpg
Para unos 12 flanes:
1’25 l. de leche
6 huevos
12 yemas de huevo
300 g. de azúcar
Caramelizado de moldes:
200 g. de azúcar

Mezclar, por un lado, las yemas, los huevos y los 300 g. de azúcar. Hervir la leche. Colarla. Mezclar ambas preparaciones. Poner a fuego suave los 200 g. de azúcar y hacer un caramelo rubio que repartiremos por el fondo de todos los moldes. Llenar éstos hasta sus 3/4 partes con la crema obtenida, y ponerlos al baño maría caliente. El fondo de este recipiente se habrá cubierto con papel doblado, o un trapo viejo, para evitar que la base de los moldes esté en contacto directo con el recipiente. Hornearlos durante unos 20 minutos a 150º c., hasta que se vea que los bordes han cuajado, pero el interior permanece tembloroso. Dejar enfriar los flanes, desmoldarlos con cuidado y tomarlos a temperatura ambiente.

SALSA DE FRAMBUESAS

2 Kg. de frambuesas
200 g de azúcar

Ponemos los ingredientes en una cazuela, arrimamos a fuego muy suave y dejamos cocer la mezcla unos 5 minutos a fuego muy suave. Trituramos la salsa con una batidora de brazo y la colamos a través de un colador fino, para que quede bien aterciopelada.
Si vemos que está muy ácida o demasiado dulce, algo que dependerá de la calidad y del estado de madurez de la fruta, añadimos al final un poco de azúcar o unas gotas de zumo de limón, para acentuar aún más el sabor de la fruta roja. La guardamos en tarros o incluso la podemos congelar en bolsas para sacarlas fuera de temporada y acompañar nuestras tartas, helados o macedonias.

FLAN DE HUEVO CON NATA

Para unos 12 flanes,
1/4 l. de nata
1 l. de leche
6 huevos
12 yemas de huevo
1 rama de vainilla
300 g. de azúcar

Caramelizado de moldes,
200 g. de azúcar

Mezclar, por un lado, las yemas, los huevos, los 300 g. de azúcar y los granos de la vainilla (para ello, abrirla a lo largo, con un cuchillo afilado, y extraer sus granos). Hervir la leche con la nata y la rama de vainilla abierta. Colarla. Mezclar ambas preparaciones. Poner a fuego suave los 200 g. de azúcar y hacer un caramelo rubio que repartiremos por el fondo de todos los moldes.
Llenar éstos hasta sus 3/4 partes con la crema obtenida, y ponerlos al baño maría caliente. El fondo de este recipiente se habrá cubierto con papel doblado, para evitar que la base de los moldes esté en contacto directo con el recipiente. Hornearlos durante unos 20 minutos a 150º c., hasta que se vea que los bordes han cuajado, pero el interior permanece tembloroso.
Dejar enfriar los flanes, desmoldarlos con cuidado y tomarlos a temperatura ambiente.

SALSA DE MORAS

2 Kg. de moras
200 g de azúcar

Ponemos los ingredientes en una cazuela, arrimamos a fuego muy suave y dejamos cocer la mezcla unos 5 minutos a fuego muy suave. Trituramos la salsa con una batidora de brazo y la colamos a través de un colador fino, para que quede bien aterciopelada.
Si vemos que está muy ácida o demasiado dulce, algo que dependerá de la calidad y del estado de madurez de la fruta, añadimos al final un poco de azúcar o unas gotas de zumo de limón, para acentuar aún más el sabor de la fruta. La guardamos en tarros o incluso la podemos congelar en bolsas para sacarlas fuera de temporada y acompañar nuestras tartas, helados o macedonias.