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FRAMBUESAS SALTEADAS CON HELADO DE VAINILLA

500 g. de frambuesas limpias de su tallo
4 cucharadas de azúcar moreno
2 cucharadas de mantequilla
Unas gotas de zumo de limón
Helado de vainilla

Poner en una sartén amplia el azúcar y volverlo caramelo a fuego suave. Ha de coger un tono dorado y nunca quemarse. En ese momento, añadimos la mantequilla, subimos el fuego e introducimos la fruta, salteándola y meneándola hasta que veamos que se vuelve melosa y se recubre de una fina película brillante. Serán necesarios 20 segundos a fuego elevado. Antes de retirar de la sartén, añadir las gotas de zumo. Después repartimos las frambuesas en varios platos. Colocar sobre ellas una bola de helado de vainilla, que se derretirá y hará las veces de salsa.

MERMELADA DE FRAMBUESA

1?5 Kg. de frambuesas limpias, sin rabo
300 g. de azúcar
10 cucharadas de zumo de limón
1 rama de vainilla abierta y rascada

Metemos todas las frambuesas en una cazuela. Las cubrimos con el azúcar, la vainilla abierta y rascada y el zumo, dejándolas bien cubiertas en la nevera unas 12 horas, para que suelten todo su jugo. Entonces arrimamos la cazuela a fuego suave y dejamos que hierva a pequeños borbotones unos 45 minutos, hasta que la mermelada reduzca y quede bien espesa. La apartamos el fuego y la metemos en tarros, que se conservarán en la nevera, bien cerrados.

PASTEL CLAFOUTIS DE FRAMBUESAS

250 g de frambuesas
3 huevos
5 cucharadas de azúcar
130 g de nata espesa o en su defecto líquida
1 cucharada sopera de aguardiente de frambuesas

Mezclar en un bol los huevos, el azúcar y las yemas. Cuando la mezcla esté bien lisa y cremosa, añadimos el aguardiente. Mientras enmantequillamos un molde ovalado de horno no muy alto y lo espolvoreamos con un poco de azúcar, eliminando el exceso. Colocamos en el fondo las frambuesas frescas, bien estiradas y sobre ellas vertemos la masa recién hecha. La horneamos unos 20 minutos a 180ºc. y dejamos templar, espolvoreando con azúcar en polvo la superficie y acompañando el pastel con helado de vainilla, por ejemplo.

TARTA DE CREMA CON FRAMBUESAS

1 fondo de tarta forrado de masa quebrada muy fina y horneado, frío
1/2 l. de crema pastelera o de crema ligera, según gustos
Frambuesas frescas sin su rabo
Azúcar en polvo

Con cuidado para no romper los bordes del molde, estiramos la crema pastelera en todo su fondo, estirándola con el dorso de una cuchara sopera. Esta operación la hacemos sin retirar aún el molde de metal para proteger los bordes de galleta. Si el molde es de fondo desmontable, lo podremos retirar más cómodamente.
Sobre la crema pastelera acomodamos las frambuesas delicadamente, de la forma más bonita posible. Es mejor si amontonamos la fruta en el centro para que así tenga mucha fruta y quede mucho más sabrosa. Para finalizar la espolvoreamos con abundante azúcar en polvo para que quede bien nevada y la comemos cuanto antes.
Conviene hacer la tarta y comerla cuanto antes para que no se reblandezca y quede bien crujiente y fresca. No debemos introducirla en ningún caso en la nevera porque la arruinaremos, quedando reblandecida.
Podemos sustituir la crema pastelera por crema de limón o de pistacho y el resultado será pistonudo.

SALSA DE FRAMBUESAS

2 Kg. de frambuesas
200 g de azúcar

Ponemos los ingredientes en una cazuela, arrimamos a fuego muy suave y dejamos cocer la mezcla unos 5 minutos a fuego muy suave. Trituramos la salsa con una batidora de brazo y la colamos a través de un colador fino, para que quede bien aterciopelada.
Si vemos que está muy ácida o demasiado dulce, algo que dependerá de la calidad y del estado de madurez de la fruta, añadimos al final un poco de azúcar o unas gotas de zumo de limón, para acentuar aún más el sabor de la fruta roja. La guardamos en tarros o incluso la podemos congelar en bolsas para sacarlas fuera de temporada y acompañar nuestras tartas, helados o macedonias.

FRAMBUESAS CON HELADO

750 g. de frambuesas bien maduras
1/2 l. de helado, al gusto

Asegurarnos de que las frambuesas estén libres de bichos y de su rabo, duro y espinoso. Si es necesario las pasamos volando por agua y las escurrimos delicadamente en un trapo. Las servimos bien frías, en boles, acompañadas del helado, muy blando. Si está duro como una roca es desagradable comerlo y habrá de mirarse la receta de cómo ablandar el heldao cuando está duro como un ladrillo.