Archivo de la etiqueta: Patata

PATATAS RELLENAS

1 Kg. de patatas medianas
1 cebolleta picada
1 pimiento verde picado
1 berenjena
1 pizca de salsa de tomate
1/2 Kg. de carne picada (ternera, vaca y cerdo, con grasa, para que quede jugosa)
Aceite de oliva
Harina, huevo batido y pan rallado
Sal

Se cuecen las patatas en agua con sal y se dejan reposar escurridas en la misma cazuela en la que se cocieron, sin agua y tapadas. En el momento que podamos manejarlas sin quemarnos, las pelamos y pasamos la pulpa por un pasapurés.
Aparte en una cazuela, añadimos una pizca de aceite y cocinamos en él la cebolleta, el pimiento, la berenjena en dados y una pizca de sal, hasta que quede bien tierno todo y ligeramente dorado, unos 40 minutos a fuego medio. Entonces añadimos la carne, dejamos que se haga sin dejar de menearla con una cuchara, sazonamos y añadimos una pizca de salsa de tomate. Lo dejamos cocinar hasta que quede una especie de boloñesa bien seca.
Entonces, con las manos hacemos un hueco en pequeñas porciones de patata y en su interior alojamos una cucharada hermosa de relleno de carne. Lo cubrimos con más pulpa de patata, como si reconstituyéramos las patatas de nuevo y cerrando bien hermético para que no se escape el relleno. Así con toda la pulpa de patata y el relleno.
Pasamos las bolas por harina, huevo y pan rallado y las freímos en abundante aceite. Las podemos poner en salsa, a cocer despacito como las patatas a la importancia o acompañarlas recién fritas con una salsa de tomate.
Podemos añadir a la proporción de carne una pequeña cantidad de hígado o de patas de cerdo cocidas y picadas para que queden más jugosas.

PATATAS FRITAS

1 Kg. de patatas
Aceite de oliva
Sal

Pelamos las patatas y las cortamos en rodajas o en gajos gruesos, como más nos gusten. Las lavamos en abundante agua para eliminarles el almidón. Las secamos.
Colocamos una sartén grande con dos o tres dedos de aceite de oliva, arrimando a fuego suave. Introducimos las patatas en frío y dejamos que se vayan cociendo muy despacito en esa grasa. Es importante no tocarlas mientras esto ocurre para no romperlas y también importante que el aceite las cubra casi por completo. Así estarán unos 15 minutos. A partir de entonces, le damos caña al fuego, subiéndolo gradualmente hasta que comencemos a notar la fritura, es decir, las patatas empiecen a dorarse y el aceite ligeramente a humear y a burbujear con frenesí. Pasado unos minutos, podremos con una espumadera o un tenedor voltearlas, para que se doren por todos sus lados.
Una vez que eso ocurre, las escurrimos, las sazonamos y nos las jamamos.
Si añadimos unos dientes de ajo sin pelar desde el principio, cogerán un gusto especialmente sabroso.

PATATAS GRATINADAS A LA CREMA

1’5 Kg. de patatas
1 atillo de ramas de perejil, 1 ramita de apio y una corteza de limón atadas con liz
1 l. de leche
1 trozo hermoso de mantequilla
1/2 l. de nata
150 g de queso graso rallado
1 diente de ajo partido en dos
Sal y pimienta recién molida

Pelar las patatas y cortarlas en rodajas de 1/2 cm. de grosor. Mientras las partimos, hervimos al fuego la leche con el atillo de hierbas, la nata, la mantequilla y una pizca de sal, por espacio de 10 minutos. Frotamos con los medios dientes de ajo una fuente amplia de porcelana en la que puedan ir las patatas al horno, para darle aroma. Lavamos las patatas, las secamos y las sazonamos. Extendemos la mitad de las patatas en el fondo de la fuente y las rociamos con la leche y la nata hervidas, pasadas por un colador para evitar el atillo. Espolvoreamos la mitad del queso y cubrimos con el resto de las patatas, vertiendo el resto de leche hervida. Espolvoreamos abundante pimienta recién molida, cubrimos con el resto de queso e introducimos la fuente en el horno a 190º durante al menos 1 hora, hasta que las patatas estén tiernas y hayan absorbido toda la nata. Comprobamos que esté hecho atravesando con la punta de un cuchillo afilado, que deberá penetrar sin dificultad. Si a media cocción observamos que la superficie se dora demasiado, cubrimos la fuente con una hoja de papel de aluminio, para que no se nos queme.

PATATAS EN SALSA VERDE

4 cucharadas de aceite de oliva
1 cebolleta picada pequeña
4 dientes de ajo picados
1 Kg. de patatas peladas y en rodajas de 1 cm. de grosor, sin lavarlas, para que mantengan su almidón natural
1/2 vaso de vino blanco
Caldo de pescado o agua
Perejil picado

En una cazuela amplia pero baja, para que las patatas toquen fondo y no se amontonen, añadimos el aceite, la cebolleta, el ajo y una pizca de sal. Arrimamos a fuego suave y dejamos que se cocinen unos 20 minutos, dejando que cojan un ligero tono dorado. Entonces, añadimos las patatas en rodajas y damos unas vueltas, mojando con el vino blanco. Lo dejamos evaporar y vertemos hasta cubrir dos dedos por encima el caldo de pescado o el agua, si es esta última, incorporamos una pizca de caldo de pescado. Sazonamos y dejamos hervir a fuego muy suave por espacio de unos 30 minutos. En el momento que veamos que las patatas están tiernas y que el caldo espesa provocado por la rotura de alguna rodaja, que espese el conjunto, espolvoreamos el perejil y rectificamos el sazonamiento.
Si unos minutos antes de finalizar la cocción, añadimos unas carrilleras de rape, unos trozos de bacalao o un cogote de pescadilla troceado, el resultado es una cazuela de cortar el hipo.

PATATAS EN RODAJAS CON MANTEQUILLA, PASAS Y MENTA

800 g de patatas medianas, peladas y cortadas en rodajas de 1/2 cm.
1 puñado de pasas bien carnosas y jugosas
1/2 l. de agua
1 pizca de pastilla de caldo concentrado
150 g de mantequilla
1 puñado pequeño de hojas de menta
Sal

Lavar las pasas y cortar en tiras muy pequeñas las hojas de menta. Colocar en una cazuela amplia y baja, en la que quepan holgadamente todas las patatas, la mantequilla, el agua, la pastilla de caldo, las pasas y las rodajas de patata. Echar una pizca de sal y arrimar a fuego suave, cociendo a fuego muy lento hasta que se evapore toda el agua y queden las patatas brillantes, tiernas y ligeramente empapadas de una salsita muy fina. Fuera del fuego añadimos las tiras finas de menta y servimos.

PATATAS ASADAS CON MANTEQUILLA Y AJOS

10 patatas grandes
1 pizca de aceite de oliva
2 cabezas de ajos con piel
1 rama de tomillo
150 g de mantequilla
Sal

Pelamos las patatas y las cortamos en gajos gruesos, a lo largo. Cada patata la cortaremos más o menos, dependiendo del grosor, en unos 8 gajos. Las pasamos por agua, para eliminarles el almidón y las secamos. En una sartén muy caliente, añadimos una pizca de aceite de oliva y las salteamos a fuego muy vivo, justo para colorearlas, puesto que las haremos en el horno más tarde. Bien tostadas, pero duras en su interior, las colocamos en una fuente que pueda ir al horno, sazonándolas y añadiéndoles por encima los dientes sueltos de las dos cabezas, con su piel, la rama de tomillo y la mantequilla en dados. Es importante que todas las patatas toquen el fondo de la fuente, que no estén amontonadas, para que el asado sea perfecto.
Hornearlas a 200º durante 30 minutos, rociándolas a mitad de cocción con la grasa, ayudándonos con una cuchara. Las retiramos, las dejamos templar y las comemos como guarnición de un asado por ejemplo. También una vez fuera del fuego, las podemos espolvorear con perejil toscamente picado.
Se dejan templar para que absorban la mantequilla del asado y estén jugosas. Se pueden servir en la misma fuente de asado, rescatando la pulpa de los ajos asados para acompañarlas.

PATATAS CUAJADAS MATEO

4 patatas hermosas
1 loncha de jamón serrano
1 huevo
1/2 l. de leche

Pelamos las patatas y las cortamos como del tamaño de una moneda, no muy gruesas. En una sartén, damos una vuelta a la loncha de jamón, en aceite. Freímos las patatas en abundante aceite, que se queden más o menos blandas y las escurrimos.
Las colocamos bien escurridas en una fuente de horno. Batimos el huevo y añadimos la leche, sal y la loncha de jamón en tiras, rota. Vertemos esta mezcla sobre las patatas hasta cubrirlas y se tiene en el horno a 200º hasta que cuaje y se tueste la superficie.

PASTEL DE PATATA Y BEICON

4 patatas de pulpa amarilla, cortadas en rodajas finas
20 láminas finas de beicon ahumado
Queso Idiazabal de media curación rallado
1 trozo hermoso de mantequilla.
Sal y pimienta.

Para hacer este pastel podemos utilizar una cazuelita de barro redonda o un molde de pastel tipo plumcake. Una vez escogido el molde, lo embadurnamos con mantequilla. Lo tapizamos con 10 láminas de beicon, dejando salir un extremo de la loncha hacia fuera para poder luego cerrar la tarta.
Poner en el fondo una capa de rodajas de patata, una pizca de queso rallado, unos pedacitos de mantequilla y tapizar con más lonchas de beicon. Volver a repetir la operación de las distintas capas, patata, queso, mantequilla y beicon hasta terminar las lonchas de beicon, las patatas y el queso. Debemos terminar con una capa de patatas y cerrar, apretando bien con el beicon que sobresale por los costados. Debe quedar bien compacto. Tapar con papel de aluminio y hornear 25 minutos a 200º Dejarlo reposar unos minutos para que las distintas capas de patata se empapen y una vez templado, cortarlo en rodajas gruesas, acompañándolo con una ensalada bien verde. También podemos emplearlo como guarnición de cualquier carne asada o a la plancha.

PATATAS A LA IMPORTANCIA

1 Kg. de patatas peladas y cortadas en rodajas de 1 cm. de grosor
2 cebolletas pequeñas
2 dientes de ajo
4 pistilos de azafrán natural
1 puñado de hojas de perejil
1 vaso de agua
1/2 vaso de vino blanco
Huevo batido y harina para rebozar
Aceite de oliva para freír

Sazonamos las patatas y las pasamos por harina y por huevo batido, friéndolas en abundante aceite caliente, a fuego medio. No deben quedar muy tostadas. Las escurrimos y las colocamos en una bandeja con papel absorbente, para eliminar el exceso de grasa.
En una cazuela amplia, en la que quepan luego holgadamente las patatas, una cazuela más bien baja, añadimos una pizca de aceite en el que hemos rebozado las patatas y sofreímos a fuego medio las cebolletas. Mientras tanto, majamos o en su defecto picamos con cuchillo el ajo y el perejil, incorporándolo al sofrito en el momento que la cebolleta esté dorada. Removemos y echamos el agua. Dejamos hervir y en ese momento añadimos las patatas que teníamos reservadas, el azafrán, sal y el vino. Dejamos cocer a fuego lento hasta que las patatas estén muy tiernas. Si hace falta, durante la cocción añadimos un poco más de agua, de forma que las patatas se hagan en su propia salsa. No deben nadar en ella, el resultado debe ser patatas empapadas en una salsa no muy abundante, que se ligará por acción de la fécula de la patata y el rebozado.

ENSALADA DE PATATAS, MANTEQUILLA MONTADA Y SALMÓN AHUMADO

8 patatas medianas
1 cabeza de ajos
1 trozo de puerro
3 granos de pimienta negra
8 lonchas hermosas de salmón ahumado
5 cucharadas de agua
150 g de mantequilla
1 puñado de cebollino, perejil y eneldo picados toscamente
El zumo de 1 limón
Sal y pimienta
1 pizca de aceite de oliva virgen

En una cazuela amplia con abundante agua salada, la cabeza de ajos, el puerro y la pimienta en grano, introducimos las patatas con piel, lavadas. Arrimamos a fuego suave y las cocemos muy despacito, para que no revienten. Las escurrimos, pelamos y cuando estén templadas las cortamos en rodajas de 1 cm. Hervir en un cazo las cucharadas de agua e ir añadiendo, batiendo sin cesar con unas varillas metálicas, la mantequilla fría en dados, hasta que la salsa espese y obtengamos una mantequilla montada cremosa. Es importante que el hervor sea continuo y que añadamos la mantequilla fría muy lentamente. Fuera del fuego le añadimos el zumo de limón y las hierbas picadas. Salpimentamos. Introducir las rodajas de patata cocida dentro de la salsa de mantequilla caliente, embadurnándolas bien. Colocarlas bien ordenadas en el centro de un plato o una fuente y sobre ellas los escalopes de salmón ahumado, cubriéndolas completamente. Rociamos con un fino cordón de aceite de oliva virgen y si no las hemos empleado todas, con una pizca de las hierbas picadas. Acompañar con pan tostado.