Pan seco
Para hacer pan rallado casero necesitamos una batidora eléctrica de vaso con unas cuchillas bien afiladas. Es importante que el interior del vaso esté bien seco si se fregó la última vez y no se secó, pasarle un trapo, para que el pan rallado quede suelto y no se apelmace. Lo vamos metiendo en un tarro bien hermético para que no coja gusto a viejo y lo vamos utilizando poco a poco. Podemos aromatizarlo, añadiendo al vaso de la trituradora una cantidad de ajo deshidratado o incluso de ajo en láminas muy finas y frito en aceite, bien escurrido o incluso añadir también una pizca de perejil fresco o deshidratado. Añadiendo cáscara de limón rallada a un pan rallado, en la batidora, se obtiene un pan increíble para empanar unos filetes de gallo o de lenguado, o de cualquier pescado que nos apetezca.
También podemos hacer pan rallado con miga de pan fresca, pasándolo a través de un colador metálico de malla. Suele quedar menos fino, con grano más grueso, pero también el resultado, si por ejemplo lo usamos para empanar un filete, es sorprendente. Haced la prueba.
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HIELO, COMO CONSEGUIR ESCAMAS Y TROZOS.
En algunas recetas de bebidas, como la del Daiquiri, se requiere hielo en escamas o hielo picado del que, generalmente, no disponemos en el congelador. Habrá que aplicar la imaginación. A no ser que dispongamos de una potente batidora de cuchillas afiladas, podemos atrapar cubitos de hielo en un trapo de cocina limpio y, a continuación, machacarlo todo con un martillo, rodillo de amasar o cualquier otro objeto terrible. Con cualquier cosa menos con la cabeza.
FRUTOS SECOS REVENIDOS, CÓMO RECUPERAR
Cuando le hincamos un diente a un cacahuete, una avellana o una almendra y está blandurria y da dentera, estiramos los frutos secos en un plato y los metemos en el microondas unos segundos a potencia máxima, para que recobren el crocante y vuelvan a estar lozanos y con pinta de estar recién tostados. Además tibios están mucho más ricos y saben mejor.
GALLETAS O BISCOTTES QUE SE HAN ABLANDADO, CÓMO RECUPERAR
Mismo sistema que con los frutos secos. En el microondas unos segundos a potencia máxima, conseguimos volver a secar la humedad que le entra a las galletas y a los biscottes. Y ya sabemos lo repugnantes que son cuando están blandos. Así que evitamos tener que tirarlos si un día descubrimos un paquete abierto en el fondo del armario. Vale también para picos de pan, flautas o demás preparaciones harino-panaderas.
CARNE, CÓMO ASAR UNA PIEZA GRANDE
Para asar una pieza grande de carne es importante no tener miedo, armarse de valor. Pedir al carnicero que retire el menor rastro posible de grasa o tejidos que la puedan proteger del asado. Una limpieza superficial será suficiente. Estamos hablando de una pierna de cerdo, un costillar, una cinta de varios palos de chuletas de ternera o vaca o algún armatoste similar.
Es muy importante no salar la carne. Horno muy fuerte, precalentado con tiempo a unos 210º y antes de introducirla en el horno, dorarla perfectamente, por todos sus costados en una rustidera, cazuela o sartén grandes, con una gota de aceite de oliva. Cuanto más tostada, mejor guardaremos sus jugos en el interior. Para asarla, apoyarla sobre una bandeja de horno en la que podremos colocar distintos ingredientes, siempre en pedazos grandes, para que no se nos quemen…cabezas de ajos, verdura de todo tipo (chalotas, zanahorias, puerros, patatas en gruesas rodajas o enteras, hierbas aromáticas como el tomillo, el laurel el romero, etc.) y regado con un buen fondo de agua, vino blanco o un chorretón de aguardiente como el brandy o el armagnac. Ojo con el alcohol, no abusar porque deja los jugos fuertes y ligeramente ácidos y amargos.
Generalizando, por kilo de carne, un punto jugoso y rosa se obtiene con 25 minutos de horno. También es importante que el fondo no se seque nunca, añadiendo más líquido en el transcurso de la cocción si fuera necesario. Importante también si la pieza lo permite, voltearla para que se ase homogéneamente, y centrarla bien en la bandeja, situándola más bien hacia el fondo de la misma y en el fondo del horno, alejada de la puerta.
Debemos hacer un asado con tiempo, nunca sacarlo del horno y comerlo. Debe reposar bien cubierto con papel de aluminio, para que el jugo de la pieza que intenta salir al exterior cuando se está haciendo la pieza, con el reposo vaya hacia el interior y se concentre en su corazón, quedando jugoso y sonrosado. Ese reposo será de al menos 15 minutos, el necesario para que eso ocurra y no se enfríe la pieza.
Normalmente el jugo que queda en la bandeja es lo suficientemente suculento como para calentarlo, bien colado en un cazo, y servirlo. Podemos añadirle unas gotas de vinagre, un poco de zumo de limón, unos dados de mantequilla, mostaza, unas hierbas frescas picadas, unas gotas de Jerez, etc, para que quede bien rico. No es necesario que quede ligado y liso como una salsa, un jugo cortado es bonito a la vista y sobretodo natural.
Por último, una vez que escalopamos la pieza, con ayuda de un cuchillo bien afilado, en finas o gruesas lonchas, lo sazonamos con alguna sal suave (Guérande, Malddon o sal gorda marina), podemos añadir una pizca de pimienta recién molida y acompañar con el jugo.
Para empujar o desgrasar el asado, siempre viene bien aparte de las verduras de rigor o una ensalada, no olvidarse de untar la pulpa de los ajos asados en un mendrugo de pan.
Y con los restos, hacer carne con tomate o croquetas.