375 g de zanahoria peladas
375 g de azúcar
10 cucharadas de agua
1/2 limón
1/2 naranja
Una vez peladas y pesadas las zanahorias, rallarlas de un tamaño grueso. Por otro lado, rallar y exprimir las naranjas y los limones, ralladuras por un lado y zumo por otro. En una cazuela en la que quepa holgadamente el conjunto, para que luego vaya al fuego, disponer por capas la zanahoria rallada intercalándola con otras de azúcar, espolvoreando y vertiendo las ralladuras y el zumo en la misma relación. Finalmente, reservarlo al frío bien tapado durante al menos 12 horas. Se termina colocando la cazuela al fuego suave, pasado el tiempo, añadiendo a la mezcla el agua y dejando cocer durante largo tiempo hasta que adquiera el aspecto de confitura. Al menos unas dos horas, muy muy suave y sin que coja color caramelizado. Pasado el tiempo, meter la mermelada en tarros y reservarla en la nevera.
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JALEA DE MORAS, LIMÓN Y MIEL, CÓMO HACER
1’8 Kg. de moras
200 g de azúcar + 100 g de azúcar
20 cucharadas de agua + 10 cucharadas de agua
El zumo de 1 limón
2 limones
100 g de miel
Limpiar las moras con agua fría y escurrirlas. En una cacerola hervirlas con 20 cucharadas de agua. Cubrir con una tapa y dejarlas cocer durante 15 minutos a fuego lento. Pasar esta mezcla a través de en un chino fino o un colador. Filtraremos una segunda vez el líquido obtenido a través de un colador fino sobre el que habremos colocado una tela de hilo suave, mojada y escurrida (para que así pase más fácil el jugo).
Lavamos, secamos y cortamos los limones en rodajas muy finas y a su vez estas rodajas en 8 trozos. En otra cacerola colocamos estos pedazos de limón, con 100 g de azúcar, 10 cucharadas de agua y el zumo de limón. Poner a hervir suavemente unos 10 minutos hasta que las rodajas cortadas de limón queden translucidas. Añadir entonces el jugo de moras, 200 g de azúcar y la miel. Dejar cocer 10 minutos tapado. Desespumar bien todas las veces que haga falta. Al cabo de 10 minutos retirar la cacerola del fuego. Dejar tapado hasta que se enfríe. Meter en tarros.
MERMELADA DE CEBOLLA
10 cebollas hermosas
1 cucharada de mantequilla
2 cucharadas de azúcar
10 cucharadas de aceite de oliva
8 cucharadas soperas de granadina
Sal
Cortamos las cebollas en finas tiras, cuidadosamente. En una cazuela amplia, en la que quepan holgadamente las cebollas, añadimos el azúcar. Arrimamos a fuego medio y dejamos que se caramelice el azúcar con cuidado para que no se queme. Cuando obtenemos un caramelo rubio, añadimos rápidamente la mantequilla, dejamos que se derrita completamente y añadimos las cebollas, dando unas vueltas para que se empapen bien. Subimos el fuego y añadimos el aceite de oliva, además de una pizca de sal. Sin dejar de remover con una cuchara de palo, dejamos que la cebolla se caramelice y adquiera un atractivo color oscuro, sin dejar en ningún caso que se queme. La tendremos así unos 30 minutos, sin dejar de dar vueltas. Pasado ese rato, tapamos la cazuela, suavizamos la intensidad del fuego y dejamos que la cebolla se confite suavemente unas dos horas, aproximadamente. Media hora antes de que se cumpla el tiempo al fuego, destapamos definitivamente, añadimos la granadina, una pizca más de sal y dejamos que la cebolla, convertida en dulces filamentos de mermelada, termine de cocinarse.
La apartamos del fuego, dejando que se enfríe. La podemos meter en tarros y conservarla en la nevera has ta su consumo.
En vez de cortar las cebollas en tiras, podemos hacer la prueba a hacer la mermelada con cebolla picada u otros ingredientes como el puerro o incluso las endibias. Queda con un punto amargo muy interesante.
Es fantástica para compañar cualquier carne asada, a la plancha o guisada. Particularmente buena para comerla en bocadillo con algún resto de pollo asado y una pizca de all-i-oli. También podemos añadir una cucharada cuando terminamos de saltear unas mollejas o unas criadillas en dados, justo antes de retirar el salteado del fuego.
MERMELADA DE CALABAZA
1 Kg. de pulpa de calabaza, limpia de piel y de pepitas
900 g de azúcar moreno
1 vaso de agua
1 rama de vainilla
1 rama de canela
Zumo de 2 limones
Cortar la calabaza en láminas muy finas, irregulares. Las colocamos en una cazuela amplia con el zumo de limón, el azúcar, el agua, la rama de canela y la de vainilla, esta última abierta en dos y rascados los granos de su interior, que añadiremos también a la cazuela. Damos unas vueltas. Cubrimos con una tapa hermética, para que no caigan impurezas en su interior. Lo dejamos en la nevera unas 12 horas.
Pasados, arrimamos a fuego suave la cazuela, la dejamos hervir suavemente 5 minutos y la retiramos. La cubrimos y la dejamos reposar otras 12 horas en la nevera. Pasados, arrimamos de nuevo la cazuela a fuego medio y esta vez lo hervimos suavemente unos 20 minutos. Retiramos, introducimos la mermelada en tarros herméticos, cerramos y damos la vuelta, hasta que se enfríen.
La mantenemos en la nevera si la vamos a consumir en breve espacio de tiempo y si queremos prolongar su conservación, esterilizamos los tarros en agua hirviendo.
A pesar de ser una preparación prolongada, es de elaboración muy fácil.