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ENSALADA DE TOMATE CON HABAS CRUDAS

4 tomates maduros
1 puñado generoso de habas desgranadas crudas
2 cucharadas de vinagre de sidra
8 cucharadas soperas de aceite de oliva virgen
Sal

Eliminar el pedúnculo de los tomates y con mucha precaución, ayudándonos de un cuchillo afilado, pelarlos de manera que sólo nos quede el fruto y su pulpa roja. La peladura del tomate, la desechamos. El tomate pelado en ensalada, sabe mucho más rico, aunque tenga un poco más de trabajo que el trocearlo, sin más.
Cortarlos en dos, apoyar su parte plana contra la tabla de la mesa y cortarlos en gruesas rodajas. Disponerlas en un plato o fuente. Salarlas.
Desperdigar por la superficie de los tomates las habas y aliñar la ensalada con el vinagre de sidra y el aceite de oliva virgen.

HABAS SALTEADAS CON MOLLEJAS

800 g. de habas pequeñas tiernas, peladas
200 g. de mollejas de cordero o ternera
1 dl. de caldo de vainas de haba
1 cebolleta fresca picada
2 dientes de ajo fileteados
4 cucharadas de aceite de oliva virgen
Sal
Mantener las mollejas en agua fría media hora. Secarlas y limpiarlas, retirando las partes duras y pellejos. Trocearlas en pedazos medianos y sumergirlas unos segundos en agua hirviendo. Escurrirlas y secarlas. Sazonarlas
Cocer en un litro de agua las vainas de las habas. Rehogar la cebolleta en una cazuela en dos cucharadas de aceite; Al cuarto de hora, añadir las habas. Proseguir cinco minutos más y cubrirlas con el caldo. Sazonar ligeramente. Dejar hervir a fuego suave otros cinco minutos.
Dorar los ajos en una sartén en el aceite restante. Saltear las mollejas a fuego vivo, hasta que se doren, cuidando de que no se sequen. Servir en una fuente las habas y, sobre ellas, las mollejas salteadas.

LIMPIEZA DE LAS HABAS

Abrimos las vainas de las habas y separamos los granos de su interior. Guardamos las vainas vacías y las limpiamos con agua. Las usamos para hacer un caldo de verduras con el que luego mojaremos las preparaciones en las que intervengan las habas.
Ponemos agua a hervir con una pizca de sal y en el momento que surgen los hervores introducimos los guisantes. En el momento que surgen de nuevo y dependiendo del tamaño de las habas, las hervimos de 10 segundos, si son minúsculas hasta 5 minutos, si son duras como perdigones. Las escurrimos, las introducimos en un baño de agua helada ligeramente salada, para fijar la clorofila y que queden bien verdes y las escurrimos. Estarán listas para cocinarse, salteadas, desperdigadas entre las hojas de una ensalada o como indique la receta. No necesitarán mucho más tiempo de fuego, puesto que están ya cocinadas. Las añadimos, si se cocinan en caliente, justo al final de la preparación en la que las utilicemos (si es una menestra, espolvoreadas al final, si son salteadas, justo al sacar del fuego el sofrito que hayamos preparado…).
Algunos exquisitos, sobretodo con paciencia y sin prisas, pelan una vez cocidas las habas de gran tamaño para eliminar el pellejo y comer sólo el grano verde y tierno del interior.

HABAS CRUDAS EN ENSALADA CON QUESO DE CABRA

1 Kg. de habas crudas, peladas, a poder ser tiernas y pequeñas
1 queso mediano de cabra tierno, cortado en dados
6 cucharadas de aceite de oliva virgen
El zumo de 1/2 de limón
Sal y pimienta recién molida
Si las habas son muy pequeñas bastará con lavarlas en agua. Si son muy hermosas, habrá que armarse de paciencia, a pesar de que el trabajo valdrá la pena. Ponemos agua salada a hervir y en el momento que surjan los hervores volcamos las habas. Una vez vuelto el hervor de nuevo, contamos 1/2 minuto y las escurrimos, sumergiéndolas en agua helada ligeramente salada con hielos. Ya frías, las escurrimos del agua y lo engorroso, les retiramos una a una la piel, pinzándolas con las yemas de los dedos, dejando que el grano reviente y surja el grano verde intenso y sabroso. Es una pelmada, pero si son grandes, la piel es muy dura.
Una vez peladas o si son pequeñísimas, lavadas y secas, las colocamos en un bol con los dados de queso. En una taza mezclamos el zumo con la sal y la pimienta. Batimos con un tenedor y añadimos el aceite de oliva. Regamos con este aliño las habas y las mezclamos bien, dejándolas reposar en la nevera al menos 5 minutos. No mucho más, porque el ácido del limón mata el color de las habas. Las acompañamos con pan tostado y mantequilla fresca.

HABAS SALTEADAS CON JAMÓN

800 g. de habas peladas frescas, muy tiernas y pequeñas (guardar las vainas abiertas)
1 loncha de jamón cortada en dados
10 cucharadas de caldo de vainas de haba
1 cebolleta fresca picada
2 dientes de ajo picados
4 cucharadas de aceite de oliva virgen
Sal
Cocer en un litro de agua las vainas de las habas. Rehogar la cebolleta en el aceite. Pasado un cuarto de hora, añadir el jamón, dar unas vueltas más y añadir las habas. Continuar cinco minutos más y cubrirlos con las 10 cucharadas de caldo. Dejar hervir a fuego suave otros cinco minutos, hasta que se reduzca el caldo. Rectificar el sazonamiento y si es necesario, añadir una pizca de azúcar.
Las habas cuanto más tiernas, más sabrosas, es preferible pecar de corta cocción que pasarnos de punto.

HABAS CRUDAS EN ENSALADA CON MENTA

1 Kg. de habas crudas, peladas, a poder ser tiernas y pequeñas
1 puñado pequeño de menta fresca rota en pequeños pedazos, con la mano
6 cucharadas de aceite de oliva virgen
El zumo de 1/2 de limón
Sal y pimienta recién molida
Si las habas son muy pequeñas bastará con lavarlas en agua. Si son muy hermosas, habrá que armarse de paciencia, a pesar de que el trabajo valdrá la pena. Ponemos agua salada a hervir y en el momento que surjan los hervores volcamos las habas. Una vez vuelto el hervor de nuevo, contamos 1/2 minuto y las escurrimos, sumergiéndolas en agua helada ligeramente salada con hielos. Ya frías, las escurrimos del agua y lo engorroso, les retiramos una a una la piel, pinzándolas con las yemas de los dedos, dejando que el grano reviente y surja el grano verde intenso y sabroso. Es una pelmada, pero si son grandes, la piel es muy dura.
Una vez peladas o si son pequeñísimas, lavadas y secas, las colocamos en un bol con la menta. En una taza mezclamos el zumo con la sal y la pimienta. Batimos con un tenedor y añadimos el aceite de oliva. Regamos con este aliño las habas y las mezclamos bien, dejándolas reposar en la nevera al menos 5 minutos. No mucho más, porque el ácido del limón mata el color de las habas. Las acompañamos con pan tostado y mantequilla fresca.

HABAS CON HUEVO ESCALFADO

800 g. de habas peladas frescas, muy tiernas y pequeñas (guardar las vainas abiertas)
1 loncha de jamón cortada en dados
10 cucharadas de caldo de vainas de haba
1 cebolleta fresca picada
2 dientes de ajo picados
4 cucharadas de aceite de oliva virgen
4 huevos frescos
Sal
Cocer en un litro de agua las vainas de las habas. Rehogar la cebolleta en el aceite. Pasado un cuarto de hora, añadir el jamón, dar unas vueltas más y añadir las habas, con una pizca de azúcar. Continuar cinco minutos más y cubrirlas con las 10 cucharadas de caldo. Cascar los huevos en su interior, delicadamente para que no se rompan y en cada extremo de la cazuela, para que queden sueltos y no se peguen sus claras. Dejar hervir a fuego muy suave otros cinco minutos, hasta que se reduzca el caldo ligeramente y los huevos se cuajen. Rectificar el sazonamiento.

HABAS CRUDAS EN ENSALADA

1 Kg. de habas crudas, peladas, a poder ser tiernas y pequeñas
6 cucharadas de aceite de oliva virgen
El zumo de _ de limón
Sal y pimienta recién molida
Si las habas son muy pequeñas bastará con lavarlas en agua. Si son muy hermosas, habrá que armarse de paciencia, a pesar de que el trabajo valdrá la pena. Ponemos agua salada a hervir y en el momento que surjan los hervores volcamos las habas. Una vez vuelto el hervor de nuevo, contamos _ minuto y las escurrimos, sumergiéndolas en agua helada ligeramente salada con hielos. Ya frías, las escurrimos del agua y lo engorroso, les retiramos una a una la piel, pinzándolas con las yemas de los dedos, dejando que el grano reviente y surja el grano verde intenso y sabroso. Es una pelmada, pero si son grandes, la piel es muy dura.
Una vez peladas o si son pequeñísimas, lavadas y secas, las colocamos en un bol. En una taza mezclamos el zumo con la sal y la pimienta. Batimos con un tenedor y añadimos el aceite de oliva. Regamos con este aliño las habas y las mezclamos bien, dejándolas reposar en la nevera al menos 5 minutos. No mucho más, porque el ácido del limón mata el color de las habas. Las acompañamos con pan tostado y mantequilla fresca.