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COGOTE DE BACALAO FRESCO AL HORNO

2 cogotes de bacalao hermosos, como para 4 personas, abiertos en dos, limpios de telillas negras (pedirle al pescadero que nos los prepare para asar)
1/2 vaso de vino blanco
10 cucharadas de aceite de oliva
6 dientes de ajo laminados
4 cucharadas de vinagre de sidra
Perejil picado
Sal

Sazonar los cogotes y los colocamos en una bandeja de horno, rociados con el vino blanco y una pizca de aceite de oliva. Los introducimos en un horno precalentado a 180ºc. por espacio de unos 25 minutos, sin dejar de rociarlos con el jugo que vayan soltando, hasta que veamos que la parte carnosa se despega fácilmente de la espina central. Nunca ha de faltar humedad en el fondo, podemos añadir agua si vemos que el vino se evapora. Tenemos que calcular que por cada kilogramo de peso tendrá que estar en el horno 15 minutos, aproximadamente.
Casi al final, cuando estén los cogotes asados, colocamos una sartén a fuego vivo y calentamos en ella el aceite, dorando los ajos laminados. Una vez tostados, con cuidado de las salpicaduras añadimos el vinagre de sidra, parte del jugo de asado del pescado y dejamos que hierva unos segundos. Añadimos el perejil picado y rociamos este refrito sobre los cogotes abiertos en dos sobre una bandeja. Los servimos.

KOKOTXAS DE BACALAO FRESCO EN SALSA VERDE

1 Kg. de kokotxas de bacalao frescas, limpias de pellejos
Aceite de oliva 1º
1 pizca de vino blanco
Caldo de pescado o agua
1 diente de ajo picado
Perejil picado
Sal

En una cazuela baja y ancha colocar las kokotxas sazonadas con la piel hacia arriba y verter aceite de oliva hasta cubrir y el ajo picado. Colocar a fuego muy suave y hervir muy lentamente, moviendo la cazuela en vaivén, durante unos 4 minutos.
Cuando comiencen a soltar gelatina (lo advertiremos al ir enturbiándose el aceite), añadimos el vino blanco y seguimos moviendo a fuego muy suave.
Según la naturaleza de las kokotxas y su grado de frescura, ligarán mejor o peor. La salsa ha de quedar untuosa, ligeramente espesa, en ningún caso muy consistente. Si las kokotxas espesan demasiado, iremos añadiendo caldo de pescado o agua caliente, hasta que logremos una salsa fina. Rectificamos el punto de sal. Ojo con el fuego muy fuerte, ya que corremos el riesgo de pasarnos de punto y convertirlas en puré. Al final, espolvoreamos el perejil picado y servimos.

BACALAO FRESCO REBOZADO

4 lomos gruesos de bacalao fresco, de 220 g
Una pizca de harina
Huevo batido
Aceite de oliva
Sal

Enharinamos el bacalao, sacudiendo el exceso suavemente. Arrimamos al fuego una sartén con abundante aceite a fuego fuerte. Sin dejar que se queme en absoluto, introducimos las tajadas de bacalao pasadas por huevo batido y dejamos que se frían en el aceite unos 2 ó 3 minutos, según su grosor. Las vamos volteando con una espumadera, de forma que bajo una costra dorada y crujiente se esconda una carne sonrosada y jugosa. Que no se seque el pescado. Al sacarlo, lo escurriremos sobre una hoja de papel.

BACALAO FRESCO REBOZADO CON CEBOLLA Y PIMIENTOS

4 lomos gruesos de bacalao fresco, de 220 g
Una pizca de harina
Huevo batido
Sal
3 cebollas cortadas en finas tiras
12 pimientos verdes en tiras
4 dientes de ajo
Aceite de oliva
Sal

En una cazuela amplia introducimos las cebollas, sal y aceite de oliva. Arrimamos a fuego suave y las doramos lentamente, 45 minutos al fuego. En una sartén con abundante aceite, a fuego muy vivo, freímos los pimientos verdes junto a los ajos enteros, con su piel. Los escurrimos y sazonamos ligeramente.
Enharinamos el bacalao, sacudiendo el exceso suavemente. Arrimamos al fuego una sartén con abundante aceite a fuego fuerte. Sin dejar que se queme en absoluto, introducimos las tajadas de bacalao pasadas por huevo batido y dejamos que se frían en el aceite unos 2 ó 3 minutos, según su grosor. Las vamos volteando con una espumadera, de forma que bajo una costra dorada y crujiente se esconda una carne sonrosada y jugosa. Que no se seque el pescado. Al sacarlo, lo escurriremos sobre una hoja de papel.
Colocamos la cebolla caliente y sobre ella el bacalao rebozado. Cubrimos con las tiras de pimiento fritas.

BACALAO FRESCO EN SALSA VERDE

4 lomos de bacalao fresco de 220 g cada uno
200 g de caldo de pescado o agua
4 cucharadas de aceite de oliva virgen
2 dientes de ajo picados
1 pizca de harina
Perejil picado
Sal

Poner en una cazuela amplia el aceite de oliva con el ajo. Arrimarla a fuego suave y cuando veamos que el ajo comienza a “bailar”, sin dorarse, introducimos los lomos de bacalao ligeramente enharinados, con la piel hacia arriba. Es importante que el fuego sea suave. Comenzamos a dar movimientos giratorios a la cazuela, en vaivén, de forma que no se agarre el pescado al fondo y este, por acción del calor comience a soltar sus jugos y gelatina y así consigamos ligar la salsa. Ir añadiendo además, poco a poco, el caldo de pescado o el agua calientes, de forma que ayudemos a emulsionar el guiso.
Pasados diez minutos de borboteo muy débil, agregamos el perejil. Dar unos últimos giros, rectificar el sazonamiento si fuera necesario y servir.

ALETAS DE BACALAO EN SALSA VERDE CON PATATAS

1 Kg. de aletas de bacalao fresco limpias, sin pellejos ni partes negras
10 cucharadas de aceite de oliva
1 vaso pequeño de vino blanco
Caldo de pescado o agua
2 dientes de ajo picados
Perejil picado
1/2 Kg. de patatas pequeñas cocidas, cortadas en láminas gruesas
Sal

En una cazuela baja y ancha colocar las aletas sazonadas con la piel hacia arriba y verter el aceite de oliva y el ajo picado. Colocar a fuego muy suave y hervir muy lentamente, moviendo la cazuela en vaivén, durante unos 4 minutos.
Cuando comiencen a soltar gelatina (lo advertiremos al ir enturbiándose el aceite), añadimos el vino blanco y seguimos moviendo a fuego muy suave. Les damos la vuelta y añadimos la pizca de caldo o agua. Según la naturaleza de las aletas y su grado de frescura, ligarán mejor o peor. La salsa ha de quedar untuosa, ligeramente espesa, en ningún caso muy consistente. Al final, añadimos las rodajas de patata dando un buen meneo. Espolvoreamos el perejil picado y servimos.
(Podemos pasar ligeramente el pescado por harina y sacudirlo bien, antes de comenzar el guiso, para que la salsa quede más ligada. Que cada cual escoja el procedimiento que más le guste).

TORTILLA DE HUEVAS DE BACALAO EN CONSERVA

1 cucharada de aceite de oliva
1 buen manojo de hojas de perejil groseramente picado
2 latas escurridas de huevas de bacalao en conserva, si son compactas partidas en dados
8 huevos
Sal

En un bol amplio volcamos las huevas y las mezclamos con el perejil. Batimos los huevos y le mezclamos las huevas con el perejil, añadiendo unos granos de sal. Arrimamos una sartén a fuego vivo y añadimos una cucharada de aceite de oliva, volcamos rápidamente los huevos batidos y las huevas. Cuajamos la tortilla bien jugosa y la acompañamos con una ensalada.

TORTILLA DE BACALAO

600 g. de bacalao desalado
8 huevos (se suele poner uno por comensal, más “otro para la sartén”)
1 puerro pequeño picado
1 cebolleta pequeña picada
1 pimiento verde picado
5 cucharadas de aceite de oliva
Perejil picado
1 pizca de guindilla seca picada

Colocar la verdura junto a la guindilla en una cazuela o sartén con el aceite, a fuego muy suave, de forma que se haga despacio. El bacalao puede ser desmigado o en lomos, pero comprobar que esté bien desalado. Lo colocamos en una bandeja rociado con unas gotas de aceite y lo introducimos en el horno o microondas durante unos 5 minutos (a 120ºc o a unos 650 w. de potencia). Sacarlo, quitarle la piel y las espinas. Desmigar y reservar.
Sobre la verdura rehogada, añadimos el bacalao desmigado y damos unas vueltas, justo hasta que tome calor y reduzca el jugo que suelte.
Batir los huevos, mezclarlos con la verdura, el bacalao y el perejil. Sazonar ligeramente. Cuajar la tortilla sin secarla, para que su centro quede jugoso.

Es importante que el bacalao esté bien hecho al juntarlo con el huevo. Sino, después de hecha la tortilla, soltará líquido y el resultado sería sabroso pero no vistoso, sobre todo para los niños, a veces tan especiales con los “ascos” de la comida.

DESALADO DEL BACALAO

El desalado del pescado ha de hacerse, a poder ser en la nevera, cubierto con agua fría, con un volumen al menos tres veces superior al de los lomos. Hay que procurar que las tajadas sean uniformes para que las partes gruesas no queden saladas o las delgadas sosas. El tiempo normal de desalado ha de ser de unas 36 horas. Si son extremadamente gruesas hay que tenerlo más tiempo e ir comprobando su punto de sal. Es muy importante también que durante el tiempo de desalado se cambie 4 veces de agua.
Sacar de la cámara el recipiente conteniendo las tajadas de bacalao a temperatura ambiente 6 horas antes de cocinarlo. Es también conveniente colocar las tajadas de bacalao dentro del agua en que se desalan con la piel hacia arriba ya que, de lo contrario, la piel actúa como una coraza que dificulta la salida de la sal y tiende a concentrarse en esa zona.

EMPANADA DE BACALAO Y PASAS

Podemos hacer la masa, lo que es una auténtica tortura filipina, o apañarnos como indicamos más abajo, para que no resulte un lío hacer una empanada. (*)

Para la masa:
1 Kg. de harina
1/2 l. de agua aprox.
100 g mantequilla

Para el hojaldrado:
700 g de mantequilla

Para el relleno:
4 cebolletas grandes cortadas en tiras
1/2 dl. de aceite de oliva
Una pizca de pimentón dulce de la Vera
2 dientes de ajo picados
2 cucharadas soperas de perejil picado
Sal

Además:
750 g de bacalao desmigado y remojado
1 puñado de pasas de Corinto
1 huevo batido.

Elaboración de la masa: Preparar la masa con todos los ingredientes en un bol: tamizar la harina y verter a continuación el agua, poco a poco. Una vez formada una masa compacta, introducimos la mantequilla, que deberá integrarse perfectamente. Dejarla reposar, bien tapada, unos 25 minutos.

Hojaldrado de la masa: A continuación hojaldrar la masa, con periodos de 15 minutos de reposo, dándole tres vueltas dobles: introducir en su interior, como en el hojaldre, un bloque de mantequilla de 750 g y dar las vueltas dobles indicadas. A continuación, envolver la masa en papel filme y guardarla en la nevera. Para elaborar nuestra empanada podemos utilizar la mitad de la masa, reservando la otra mitad, bien envuelta, en el congelador. Así, la siguiente vez, sólo tendremos que hacer el relleno.

(*) A quienes no les resulte fácil hacer una masa, podrán solucionar el lío de una manera más sencilla: adquiriendo en una panadería de confianza, un kilo de masa fresca de pan. Una vez en casa, bastará con introducirla en un bol amplio, añadiéndole aproximadamente 1 dl. de aceite de oliva virgen, y amasándola hasta que ambos se integren. En ese momento, continuar con la receta. También, puestos a pedir podemos sugerir al panadero que nos la amase con aceite y así que se pringue las manos él.

Elaboración del relleno: En una cazuela amplia, con el aceite, introducir la cebolleta y ponerla a fuego medio, con algo de sal. Tapar la cazuela y dejar que sude a fuego suave por espacio de hora y media. Pasado ese tiempo, añadimos el ajo y el perejil, además del pimentón. Rectificar el sazonamiento: no debe quedar muy sazonado, puesto que más tarde incorporaremos el bacalao, que quizás “alegre”.

Finalización de la empanada: Sobre una mesa enharinada, estiramos la masa con un rodillo de pastelería, moldeando dos círculos (uno algo más grande que otro) de unos 30 cm. de diámetro y 3 mm. de grosor. Reservamos los recortes de masa.

Extendemos el círculo más pequeño en una bandeja de horno ligeramente aceitada. Sobre él extendemos la verdura rehogada, en fina capa, y encima de ésta el bacalao desmenuzado, bien seco y las pasas de Corinto. Cubrimos con el círculo más grande de masa, cerramos y sellamos los bordes, pellizcando ligeramente y dando un pequeño levante en todo el borde, de forma que quede trenzado. En la parte central de la empanada abriremos una pequeña chimenea y adornaremos la superficie con motivos que realicemos con los recortes. Hemos de ser cuidadosos: esos adornos en lugar de dificultar el horneado de la empanada, han de ser finos para que se horneen, doren y tuesten a la vez que el resto. Es importante que la empanada quede bien fina y uniforme, para que una vez horneada resulte delicada y ligeramente hojaldrada.

Horneado: Por último, con una brocha, untar la superficie con huevo batido (o con aceite de oliva virgen), y hornear a 180º aproximadamente durante una hora. Dejarla entibiar o enfriar y comerla. No es conveniente introducirla en el frigorífico, ya que se reblandecería, perdiendo su aspecto apetitoso y su textura. Recordemos que la base de la empanada ha de quedar bien horneada, con aspecto dorado: si es posible, cocerla con la base del horno bien caliente. Si en los primeros minutos de horneado se dorara demasiado, cubrir su superficie con una hoja de papel de aluminio y bajar el termostato. Continuar con la cocción, hasta que se hornee uniformemente.