Archivo de la categoría: ENTRANTES Y APERITIVOS

PATÉ DE PESCADILLA AL MICROONDAS

8 cucharadas de mantequilla
1 pizca de aceite de oliva virgen
1 cebolla picada
5 lomos de pescadilla congelada
15 cucharadas de nata líquida
1 chorretón de jerez
Sal

En un recipiente cubierto para cocinar en microondas, colocamos la mantequilla, la cebolla picada y el aceite, removiendo bien con una cuchara. Sazonamos y colocamos sobre la cebolla y la grasa los lomos de pescadilla congelados, duros. Introducimos en el microondas a potencia máxima 10 minutos, cubierto.
Pasados, destapamos, retiramos el pescado y añadimos la nata líquida y una pizca de sal, dejando cocer destapado a máxima potencia por espacio de 5 minutos más. Pasados, colocamos el horno en potencia media y proseguimos la cocción otros 10 minutos más, de forma que la nata reduzca más suavemente y no desborde. Mientras vamos cocinando, desmigamos los lomos de pescadilla cocinados, retirándoles la piel.
Entonces añadimos la pescadilla recién desmigada sobre el guisado de cebollas y crema y damos unas vueltas con una cuchara. Añadimos unas gotas de jerez. A continuación metemos el brazo de una batidora en la mezcla y accionamos la máxima potencia, de forma que el conjunto se reduzca a una crema espesa. Si es necesario añadimos sal. Cubrimos la mezcla con un papel filme y dejamos en la nevera al menos un par de horas, hasta que coja consistencia como para poder untarse sobre rebanadas de pan tostado.
Es importante si el horno no es de plato giratorio, dar 1/4 de vuelta al recipiente cada 2 minutos, aproximadamente.
Este paté es una receta perfecta para que se pueda meter pescado incluso en la merienda de los chavales. Untando esta crema en el bocadillo y con unas lonchas de jamón cocido el resultado es muy bueno. Para enriquecer el paté, podemos añadir justo antes de triturar la mezcla con una batidora, unas lonchas de salmón o de bacalao ahumado, para que el toque de humo lo haga aún mucho más rico.

ENCURTIR GUINDILLAS

9 Kg. de guindillas frescas medianas
10 l. de vinagre de sidra
4l. de vinagre de alcohol blanco
Un puñado de sal

Limpiar las guindillas en agua fría, ya que suelen estar manchadas de tierra y barro. Secarlas. Mezclar los vinagres con la sal. Meter las guindillas bien prietas en tarros o frascos de boca ancha de manera que quepan holgadamente y se puedan cubrir perfectamente.
Cubrir con la mezcla de los vinagres y la sal dejando al menos de 45 a 60 días hasta que podamos comerlas. Normalmente debido al carácter ácido y conservante del vinagre, las guindillas encurtidas tienen una vida prolongada pero es recomendable no dejar pasar más de un año hasta su consumo, almacenadas en un sitio fresco y oscuro, alejadas de la luz y los calores, en una bodega, por ejemplo.
Retirarlas del vinagre y utilizarlas. Normalmente se suelen embadurnar de aceite de oliva virgen y una pizca de sal para comerlas, acompañando a las alubias, las pochas o como ingrediente de pinchos.
Viene de muy antiguo la costumbre de introducir en el interior de la conserva un pequeño saco de trigo o de garbanzos que según nos cuenta Miguel, de la ?Bodega Donostiarra? del barrio de Gros de Donostia, confiere a la conserva una tonalidad amarillenta muy apreciada entre algunos elaboradores.

GUINDILLAS EN TEMPURA

400 g de guindillas frescas de tamaño medio
150 g de harina
1/4 l. de agua
1 pizca de azúcar
15 g de levadura prensada de panadería
1/2 cucharadita de sal
Aceite de oliva o girasol para freír

Poner la harina, la sal, el azúcar y la levadura en un bol, desmenuzando todo con la yema de los dedos. Añadir entonces poco a poco el agua que deberá de estar templada, a unos 30ºc., no más caliente, para que no matemos la levadura. Con ayuda de una varilla o de una cuchara, vamos incorporando el agua hasta que absorba toda, intentando que no se formen grumos. Cubrimos el bol con un trapo y lo dejamos reposar una media hora en un sitio templado, por ejemplo en el cuarto de la lavadora.
Veremos que la masa fermenta y hace burbujas. Entonces limpiamos las guindillas en abundante agua y las secamos con un trapo. Cogidas del rabito, las sumergimos en la masa de tempura, de una en una, rápidamente y sin soltarlas, y de ahí al aceite caliente, en una sartén, para freírlas. Hacemos lo mismo con todas y una vez bien escurridas, las sazonamos y las comemos bien crujientes.
Las podemos acompañar, untándolas, con una salsa romesco, un all-i-oli o una buena salsa de tomate fría.

GUINDILLAS FRITAS

1 Kg. de guindillas frescas
Aceite de oliva
Sal

Lavamos las guindillas en abundante agua y las secamos con un trapo. Colocamos una sartén con abundante aceite de oliva al fuego, al menos dos dedos de altura, y la arrimamos a fuego fuerte. En el momento que vemos que el aceite está muy caliente, pero sin humear en ningún momento, volcamos las guindillas, sin amontonarlas, si es necesario las freímos en dos o tres tandas. Las volteamos cuidadosamente con una espumadera y dejamos que se frían por espacio máximo de 20 segundos, es justo meterlas en el aceite caliente y volando a una bandeja con papel absorbente. Mucho ojo con las salpicaduras y los quemazos.
Una vez todas fritas, las sazonamos y las servimos antes de que se enfríen. Que nunca queden doradas, las guindillas han de tener un bonito tono verde y ofrecer una ligera resistencia al morderlas, con sabor a huerta.

PIMIENTOS DE GERNIKA EN TEMPURA

400 g de pimientos de Gernika de tamaño medio
150 g de harina
1/4 l. de agua
1 pizca de azúcar
15 g de levadura prensada de panadería
1/2 cucharadita de sal
Aceite de oliva o girasol para freír

Poner la harina, la sal, el azúcar y la levadura en un bol, desmenuzando todo con la yema de los dedos. Añadir entonces poco a poco el agua que deberá de estar templada, a unos 30ºc., no más caliente, para que no matemos la levadura. Con ayuda de una varilla o de una cuchara, vamos incorporando el agua hasta que absorba toda, intentando que no se formen grumos. Cubrimos el bol con un trapo y lo dejamos reposar una media hora en un sitio templado, por ejemplo en el cuarto de la lavadora.
Veremos que la masa fermenta y hace burbujas. Entonces limpiamos los pimientos en abundante agua y los secamos con un trapo. Cogidos del rabito, los sumergimos en la masa de tempura, de uno en uno, rápidamente y sin soltarlos, y de ahí al aceite caliente, en una sartén, para freírlos. Hacemos lo mismo con todos y una vez bien escurridos, los sazonamos y los comemos bien crujientes.
Los podemos acompañar, untándolos, con una salsa romesco, un all-i-oli o una buena salsa de tomate fría.

CROQUETAS DE POLLO

1 cebolleta pequeña
75 g. de mantequilla + 75 g. de aceite de oliva virgen
250 g. de harina
2?3 litros de leche
1 huevo cocido picado
400 g. de pechuga de pollo limpia de huesos y piel

Hervimos la leche con las pechugas de pollo. Pasados 4 minutos del hervor retiramos la leche del fuego y escurrimos las pechugas. Reservamos la leche caliente para hacer la bechamel. En una cazuela añadimos el aceite y la mantequilla e introducimos la cebolleta picada. Dejamos que se cocine a fuego muy suave por espacio de unos 20 minutos, hasta que se vuelva ligeramente dorada y tierna. Entonces añadimos la harina en lluvia poco a poco, sin dejar de mover con una cuchara y también poco a poco vamos añadiendo la leche, para que no se nos hagan grumos y quede una bechamel fina y muy cremosa. Dejamos que vaya cociendo muy lentamente unos 12 minutos, para que pierda el sabor a crudo y espese bien. Unos minutos antes de retirar la bechamel del fuego, le añadiremos el huevo duro y la pechuga de pollo cocida muy picados. Si picamos tanto la pechuga como el huevo con una picadora eléctrica, quedarán mucho más finas las croquetas. Dejamos enfriar la masa en una fuente que habremos untado con una pizca de aceite y por la superficie colocamos o un papel filme o la untamos con un poco de mantequilla, para que no nos haga una costra dura. La metemos en la nevera unas horas antes de moldear las croquetas. Las pasamos por harina, huevo y pan rallado y las freímos en abundante aceite muy caliente. Es importante cuando freímos croquetas que el aceite esté muy caliente y el empanado no esté húmedo, si es necesario las pasamos dos veces por pan rallado. Además si las freímos en freidora de cestillo, no sacarlas a medio hacer, sino perfectamente tostadas. Normalmente las croquetas a medio hacer, cuando se sacan y se vuelven a meter en el aceite, revientan.

EMPANADILLAS DE POLLO

20 discos de masa para empanadillas
1 cebolleta picada
3 dientes de ajo picados
3 cucharadas de aceite de oliva
600 g. de carne de pollo picada
15 cucharadas de salsa de tomate
Perejil picado
Huevo batido

En una sartén añadimos el aceite, los dientes de ajo, una pizca de sal y la cebolleta, arrimando a fuego muy suave. Dejamos que la verdura se vaya haciendo muy despacito por espacio de 20 minutos. Pasados, subimos la intensidad del fuego y añadimos la carne picada dejando que se haga por espacio de unos 20 minutos, sin dejar de mover con una cuchara de palo, para que no se apelmace y quede bien suelta. La sazonamos y añadimos la salsa de tomate, dejando reducir, para que la carne se torne melosa y espese, reduciendo la consistencia. Añadimos el perejil. Dejamos enfriar el relleno. Estiramos los discos de pasta de empanadilla encima de la mesa, colocando en su interior una buena cucharada de relleno. Pintamos con huevo batido todo el extremo y las cerramos como si fueran medias lunas, pinzándolas o sellándolas con las púas de un tenedor. Las dejamos reposar en la nevera bien cubiertas. Podemos hacer dos cosas. Para que estén menos grasientas, pintarlas todas con huevo y hornearlas a 200ºc. unos 15 minutos hasta que estén doradas, o emplear el método tradicional, fritas en abundante aceite de oliva bien caliente, como se han hecho tradicionalmente, escurridas.

PATÉ DE HÍGADOS DE POLLO

24 hígados de pollo
2 cebolletas picadas
1 diente de ajo picado
2 huevos
1 pizca de aceite de oliva
1 chorretón de brandy
200 g. de puré de patata
Sal y pimienta

Ponemos las cebolletas y el ajo a sofreír en aceite, con una pizca de sal. Pasados unos 15 minutos, añadimos los hígados de pollo a los que habremos retirado cualquier rastro verdoso que tengan en el exterior. Salteamos el conjunto unos 5 minutos, sazonamos y añadimos el brandy. Lo retiramos de la sartén, lo añadimos al vaso de una batidora con el resto de ingredientes y accionamos la máxima potencia, hasta conseguir una pasta que salpimentaremos. Introducimos esta mezcla en un molde tipo plum-cake, engrasado y enharinado y bien tapado con una hoja de papel de aluminio, lo horneamos a 200ºc unos 40 minutos. Lo dejamos enfriar y reposar al menos 2 horas y pasadas, lo comemos untado en rebanada de pan tostado.

PATE DE SALMÓN

750 g. de carne de salmón fresca limpia de espinas y pieles
3 lonchas de salmón ahumado
2 vasos de nata líquida
150 g. de mantequilla
2 cebolletas picadas
1 pizca de vino de Jerez
Pimienta recién molida y sal

Cocer el salmón en agua. Para ello, ponemos agua ligeramente salada y en cuanto surjan los hervores metemos el salmón en dos o tres trozos, para que no se seque. Vuelto el hervor, retiramos la cazuela del fuego y dejamos que el pescado se temple dentro. Lo escurrimos y lo desmigamos.
Aparte en una cazuela colocamos la mantequilla a fuego suave y cocinamos en ella las cebolletas por espacio de unos 15 minutos. Entonces añadimos la carne del salmón desmigada y la nata, dejando hervir el conjunto hasta que se torne cremoso y reduzca de volumen, unos 10 minutos. Sazonamos y añadimos un chorretón de Jerez. No debe quedar caldoso y la cocción deberá ser pausada.
Metemos la mezcla en el vaso de una batidora y accionamos la máxima potencia, añadiendo las lonchas de salmón ahumado y reduciendo la mezcla a una papilla muy fina. Volvemos a probar de sal y añadimos pimienta. La vertemos en una terrina de porcelana o en boles que tengan tapa, para poder conservarlo cerrado en la nevera. Lo refrescamos al menos dos horas y una vez que esté bien firme lo untamos en rebanadas de pan tostado o para el bocadillo de los niños. Si el paté es para los chavales podemos enriquecerlo aún más cociendo el salmón en leche en vez de en agua y eliminando el jerez, no sea que les guste y se nos vuelvan viciosillos.

EMPANADA DE SARDINAS

Podemos hacer la masa, lo que es una auténtica tortura filipina, o apañarnos como indicamos más abajo, para que no resulte un lío hacer una empanada. (*)

Para la masa:
1 Kg. de harina
1/2 l. de agua aprox.
100 g mantequilla

Para el hojaldrado:
700 g de mantequilla

Para el relleno:
2 cebolletas grandes cortadas en tiras
1 pimiento rojo en tiras
1 pimiento verde en tiras
1/2 dl. de aceite de oliva
Una pizca de pimentón dulce de la Vera
2 dientes de ajo picados
2 cucharadas soperas de perejil picado
Sal

Además:
1 Kg. de sardinas limpias, descabezadas y desespinadas
1 huevo batido.

Elaboración de la masa: Preparar la masa con todos los ingredientes en un bol: tamizar la harina y verter a continuación el agua, poco a poco. Una vez formada una masa compacta, introducimos la mantequilla, que deberá integrarse perfectamente. Dejarla reposar, bien tapada, unos 25 minutos.

Hojaldrado de la masa: A continuación hojaldrar la masa, con periodos de 15 minutos de reposo, dándole tres vueltas dobles: introducir en su interior, como en el hojaldre, un bloque de mantequilla de 750 g y dar las vueltas dobles indicadas. A continuación, envolver la masa en papel filme y guardarla en la nevera. Para elaborar nuestra empanada podemos utilizar la mitad de la masa, reservando la otra mitad, bien envuelta, en el congelador. Así, la siguiente vez, sólo tendremos que hacer el relleno.

(*) A quienes no les resulte fácil hacer una masa, podrán solucionar el lío de una manera más sencilla: adquiriendo en una panadería de confianza, un kilo de masa fresca de pan. Una vez en casa, bastará con introducirla en un bol amplio, añadiéndole aproximadamente 1 dl. de aceite de oliva virgen, y amasándola hasta que ambos se integren. En ese momento, continuar con la receta. También, puestos a pedir podemos sugerir al panadero que nos la amase con aceite y así que se pringue las manos él.

Elaboración del relleno: En una cazuela amplia, con el aceite, introducir la cebolleta y los pimientos y ponerlos a fuego medio, con algo de sal. Tapar la cazuela y dejar que sude a fuego suave por espacio de hora y media. Pasado ese tiempo, añadimos el ajo y el perejil, además del pimentón. Rectificar el sazonamiento.

Finalización de la empanada: Sobre una mesa enharinada, estiramos la masa con un rodillo de pastelería, moldeando dos círculos (uno algo más grande que otro) de unos 30 cm. de diámetro y 3 mm. de grosor. Reservamos los recortes de masa.

Extendemos el círculo más pequeño en una bandeja de horno ligeramente aceitada. Sobre él extendemos las tres cuartas partes de la verdura rehogada, en fina capa, y encima de ésta los filetes de sardina previamente salpimentados. Cubrimos con el resto de verdura rehogada. Cubrimos con el círculo más grande de masa, cerramos y sellamos los bordes, pellizcando ligeramente y dando un pequeño levante en todo el borde, de forma que quede trenzado. En la parte central de la empanada abriremos una pequeña chimenea y adornaremos la superficie con motivos que realicemos con los recortes. Hemos de ser cuidadosos: esos adornos en lugar de dificultar el horneado de la empanada, han de ser finos para que se horneen, doren y tuesten a la vez que el resto. Es importante que la empanada quede bien fina y uniforme, para que una vez horneada resulte delicada y ligeramente hojaldrada.

Horneado: Por último, con una brocha, untar la superficie con huevo batido (o con aceite de oliva virgen), y hornear a 180ºc. aproximadamente durante una hora. Dejarla entibiar o enfriar y comerla. No es conveniente introducirla en el frigorífico, ya que se reblandecería, perdiendo su aspecto apetitoso y su textura. Recordemos que la base de la empanada ha de quedar bien horneada, con aspecto dorado: si es posible, cocerla con la base del horno bien caliente. Si en los primeros minutos de horneado se dorara demasiado, cubrir su superficie con una hoja de papel de aluminio y bajar el termostato. Continuar con la cocción, hasta que se hornee uniformemente.