ENCURTIR GUINDILLAS

9 Kg. de guindillas frescas medianas
10 l. de vinagre de sidra
4l. de vinagre de alcohol blanco
Un puñado de sal

Limpiar las guindillas en agua fría, ya que suelen estar manchadas de tierra y barro. Secarlas. Mezclar los vinagres con la sal. Meter las guindillas bien prietas en tarros o frascos de boca ancha de manera que quepan holgadamente y se puedan cubrir perfectamente.
Cubrir con la mezcla de los vinagres y la sal dejando al menos de 45 a 60 días hasta que podamos comerlas. Normalmente debido al carácter ácido y conservante del vinagre, las guindillas encurtidas tienen una vida prolongada pero es recomendable no dejar pasar más de un año hasta su consumo, almacenadas en un sitio fresco y oscuro, alejadas de la luz y los calores, en una bodega, por ejemplo.
Retirarlas del vinagre y utilizarlas. Normalmente se suelen embadurnar de aceite de oliva virgen y una pizca de sal para comerlas, acompañando a las alubias, las pochas o como ingrediente de pinchos.
Viene de muy antiguo la costumbre de introducir en el interior de la conserva un pequeño saco de trigo o de garbanzos que según nos cuenta Miguel, de la ?Bodega Donostiarra? del barrio de Gros de Donostia, confiere a la conserva una tonalidad amarillenta muy apreciada entre algunos elaboradores.

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