3/4 l. de agua
600 g de azúcar
250 g de chocolate amargo
250 g de nata líquida
Ponemos a fuego muy suave en un cazo el agua, el azúcar y el chocolate. Cuando empieza ligeramente a hervir, vertemos la nata y cuando comienza de nuevo muy suavemente el hervor, retiramos la salsa del fuego. La colamos a un bol, para retirar cualquier tropezón indeseado y la utilizamos para acompañar cualquier postre que se entone con chocolate.