1’5 Kg. de mejillones
1 cebolleta grande picada
2 pimientos verdes picados
2 dientes de ajo picados
2 tomates medianos maduros, picados
1 pizca de vino blanco
Salsa bechamel
Aceite de oliva
Harina, huevo batido y pan rallado
Sal y azúcar
Limpiamos bien los mejillones y los abrimos al vapor con vino blanco, al fuego en una cazuela. Rescatamos el jugo del fondo y los mejillones los escurrimos, separándolos de los cuerpos. Picamos los cuerpos. Guardamos las conchas de mejillón más bonitas y profundas.
En una cazuela amplia añadimos aceite de oliva y rehogamos a fuego medio ahí la cebolleta, los pimientos y el ajo, durante unos 10 minutos. Entonces volcamos el tomate y una pizca de sal y azúcar y dejamos que se cocine todo junto unos 40 minutos, hasta que reduzca y quede un sofrito concentrado. En ese momento añadimos la carne de los mejillones picada, dando unas vueltas.
Rellenamos cada concha de mejillón con este sofrito una vez esté frío y por encima cubrimos con una buena cucharada de salsa bechamel caliente, bien espesa, dejando enfriar para que luego podamos empanar los mejillones. Los metemos en la nevera. Al rato, los pasamos por harina, huevo y pan rallado y los freímos en abundante aceite de oliva muy caliente.
Estos mejillones son iguales a los que yo hago. Incluso los congelo y los frío directamente sin descongelar y quedan estupendos. Una receta laboriosa pero muy deliciosa. Un saludo.