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LIMPIEZA DE LAS VIEIRAS

Las vieiras hay que limpiarlas escrupulosamente antes de cocinarlas de la manera que sea. Normalmente se nos venden ya limpias, pero serán más frescas y, desde luego, tendremos la seguridad de que no se han congelado, si las compramos con su concha.
Cogemos cada una de ellas y le deslizamos en su interior a través del hueco de las conchas el filo de un cuchillo pequeño y afilado, por el lado de la concha plana, cortando la vieira apurando al máximo para no dejarnos un trozo gordo en la concha. Las abrimos y con una cuchara las despegamos de la concha cóncava. Ahora con la mano, retiramos alrededor de la nuez blanca las tripas y partes arenosas que desecharemos, dejando al aire la nuez blanca y los corales naranjas. Por último, en la nuez blanca hay una pequeña pestaña o ?cayo malayo? que también hay que eliminar porque es duro y desagradable. Se puede quitar con la mano, pellizcándolo. Lavamos las vieiras en agua y las secamos, teniéndolas listas para cocinarse.

VIEIRAS CON PASTA

24 vieiras partidas en dos gruesos escalopes, limpias
2 dientes de ajo picados
6 cucharadas de aceite de oliva
Perejil picado
600 g de pasta recién cocida, al gusto (para este tipo de platos con salsa van bien los espaguetis o tagliatelles)
Sal

En una sartén añadimos 2 cucharadas de aceite y dejamos que se caliente. En el momento que eso ocurre, añadimos las vieiras sazonadas, en dos veces, dejando que se doren pero queden jugosas. Las retiramos, añadimos el resto del aceite y el ajo, para que se dore ligeramente. Dejamos que se vayan haciendo a fuego suave e impregnen de sabor el aceite. Pasados unos 5 minutos, añadimos la pasta recién cocida y escurrida, salteándola, y volcando también las vieiras recién salteadas. Espolvoreamos el perejil y servimos. Si nos apetece podemos añadir también un poco de salsa de tomate o de nata líquida o incluso al saltear el marisco, añadir unas gotas de vino blanco o de armagnac, pero eso ya es cuestión de gustos.

VIEIRAS MEUNIÈRE

20 vieiras hermosas, limpias
1 cucharada de aceite de oliva
1 pedazo grande de mantequilla
El zumo de 1 limón
Perejil picado
Harina y sal

Sazonar las vieiras por sus dos caras. Colocar en una sartén amplia el aceite y la mantequilla y arrimarla a fuego suave. Dejamos que la mantequilla empiece a soltar una espumita blanca, pero ojo, sin quemarse. Pasamos las vieiras por harina, de una en una, conforme las vayamos a freír y les sacudimos el exceso, metiéndolas en la grasa caliente por uno de sus lados. Las dejamos cocinarse a pequeña fritura, para no quemar la grasa, rociándolas por encima. Pasados unos 50 segundos, les damos la vuelta y dejamos que se hagan otros 50 segundos por el otro lado, hasta que veamos que se tuestan perfectamente y su corazón está jugoso. Una vez hechas, las retiramos del fuego a una bandeja y añadimos a la grasa de freírlas el zumo de limón y dejamos que se reduzca unos segundos al fuego, ligando y espesando el jugo. Rascamos el fondo para despegar el tostado que pueda haber quedado en la sartén. Añadimos unas nueces de mantequilla fresca, damos un meneo, espolvoreamos con abundante perejil y un poco de sal y con este jugo muy sabroso, rociamos las vieiras recién hechas.

VIEIRAS SALTEADAS

20 vieiras hermosas, limpias
1 cucharada de aceite de oliva
1 pedazo pequeño de mantequilla
Unas gotas de zumo de limón
Perejil picado
Sal

Sazonar las vieiras por sus dos caras. Colocar en una sartén amplia el aceite y arrimarla a fuego suave. Introducimos las vieiras en la grasa caliente, dejando que se tuesten perfectamente por sus dos caras, bien doradas. Pasados unos 50 segundos, les damos la vuelta y dejamos que se hagan otros 50 segundos por el otro lado, hasta que veamos que su corazón está jugoso. Una vez hechas, las retiramos del fuego a una bandeja y añadimos a la grasa de freírlas una pizca de mantequilla, unas gotas de zumo de limón y abundante perejil. Un poco de sal y con este jugo muy sabroso, rociamos las vieiras recién salteadas.

MEJILLONES REBOZADOS

2 Kg. de mejillones
1/4 l. de vino blanco
1 punta de Cayena
Aceite de oliva para freír
1 diente de ajo
Harina y huevo batido
Introducir los mejillones bajo el chorro de agua fría y lavarlos concienzudamente, eliminando los que estén rotos o abiertos y tirando de las barbas de aquellos que estén más sucios. En una cazuela provista de tapa, ponemos el vino blanco y la pizca de cayena. La colocamos al fuego y una vez aparezcan los borbotones, añadimos los mejillones, tapando. Pasados unos minutos, retiramos los mejillones que se habrán abierto y cuando estén tamplados los sacamosde sus conchas, reservándolos en un plato. El jugo resultante de la cocción lo deberemos guardar para elaborar una sopa de pescado o un pescado en salsa, todo menos tirarlo!!!! Colocamos una sartén al fuego con el aceite y el diente de ajo entero, sin pelar, a fuego muy suave, de forma que el aceite se vaya calentando pausadamente y vaya repartiéndose en él el regusto del ajo. Pasados unos minutos subimos el fuego levemente, no permitiendo nunca que éste humee. Al lado de la sartén, colocamos un plato con harina y uno hondo con el huevo batido, ligeramente salado. Vamos empapando bien los mejillones con la harina y seguidamente sumergiéndolos en el huevo batido. Pescarlos de nuevo y deslizarlos en el aceite caliente. Los volteamos rápidamente y los freímos 10 segundos por cada lado, escurriéndolos sobre papel absorbente. Los vamos friendo de esta forma hasta terminar con el último. Es importante ser prudentes con la temperatura del aceite y generosos con el huevo batido.

MEJILLONES EN VINAGRETA

2 Kg. de mejillones abiertos al vapor, tibios y retirada la concha vacía
20 cucharadas de aceite de oliva virgen
8 cucharadas de vinagre de sidra
1 cebolleta picada
1 pimiento rojo picado
1 pimiento verde picado
2 dientes de ajo picados
Perejil picado
Sal y pimienta recién molida
Colocamos los mejillones bien estirados en una o dos bandejas. También podemos aliñarlos retirados de sus cáscaras, sueltos, pero la gracia está en que la vinagreta se quede alojada en su concha y coger ésta por un extremo y glup!, a la boca. Mezclamos todos los ingredientes, empezando por el vinagre, la sal y la pimienta. Luego el resto de ingredientes. Los mezclamos bien y la rociamos sobre los mejillones. El perejil lo podemos picar con unas tijeras. Personalmente, lo preferimos en pedazos toscos que muy finos. Queda más sabroso.

MEJILLONES EN ESCABECHE

2 Kg. de mejillones limpios de sus barbas
20 cucharadas de vino blanco
2 cebolletas hermosas en tiras
8 dientes de ajo enteros
1 hoja fresca de laurel
10 cucharadas de aceite de oliva
Unos granos de pimienta negra
1 cucharada de pimentón dulce de la vera
Media cucharada de pimentón picante de la vera
1 cuarto de litro de aceite de aceite de oliva virgen
1 cuarto de litro de vinagre de sidra
5 cucharadas de vino blanco
Sal
Poner una cazuela amplia al fuego con las cucharadas de aceite de oliva y añadir las cebolletas, el laurel, los granos de pimienta y los ajos, cocinando a fuego suave 10 minutos. Entonces incorporar los mejillones y el vino blanco, dejando que se abran rápidamente. Los rescatamos y dejamos que se templen. Dejamos reducir el jugo de la cazuela unos instantes, con la verdura y añadimos los pimentones, dar unas vueltas y añadir el aceite de oliva virgen, el vinagre de sidra y el vino blanco. Al primer hervor, dejamos hervir 8 minutos para que el vinagre pierda su fuerza y dejamos entibiar el escabeche, apagando el fuego. En ese momento sumergimos los mejillones, para que no se nos sequen con exceso de calor, a los cuales habremos retirado la concha que no contiene el animal, para que no nos ocupe mucho y al comer sea más fácil. Dejamos enfriar.
Lo mejor es comerse todo este festival una vez que hayan pasado al menos 12 horas, a temperatura ambiente, de forma que los mejillones estén bien empapados. Acompañarlos con unas patatas cocidas y aliñadas con la verdura y el jugo del escabeche, con una pizca de sal.

MEJILLONES EN SALSA VERDE

2 Kg. de mejillones
6 dientes de ajo en láminas
1 cuarto de litro de agua
5 cucharadas de aceite de oliva virgen
Perejil picado
1 cucharada pequeña de harina
1 chorretón de vino blanco
En una cazuela amplia pero baja, rehogar el ajo picado en el aceite. Al comenzar a “bailar”, sin dorarse, añadimos la pizca de harina y la revolvemos con una cuchara. Verter la pizca de vino y el agua caliente. Hervir 1 minuto. Añadir los mejillones y mantenerlos al fuego, hasta que se abran, a poder ser cubiertos con una tapa. A medida que se van abriendo, los vamos retirando a un plato. Esto lo hacemos para que el hervor en exceso que le damos a los que se resisten a abrirse, no perjudique a los que primero se abren, volviéndolos cauchosos por exceso de cocción. Si vemos que alguno se resiste, mejor desecharlo. Una vez el último abierto, colamos el jugo para eliminar todo resto de arena y lo dejamos reducir al fuego muy suave, si está muy ligero o le añadimos un poco de agua o vino blanco si vemos que está muy espeso. Introducimos entonces los mejillones en la salsa y los espolvoreamos con el perejil.

MEJILLONES CON TOMATE

2 Kg. de mejillones
1/4 l. de vino blanco
Aceite de oliva
1 punta de Cayena
6 dientes de ajo picados
4 cebolletas picadas
1 l. de salsa de tomate
Perejil picado
Introducir los mejillones bajo el chorro de agua fría y lavarlos concienzudamente, eliminando los que estén rotos o abiertos y retirando las barbas que pudieran surgir de su interior. En una cazuela provista de tapa, ponemos el vino blanco. La colocamos al fuego y una vez aparezcan los borbotones, añadimos los mejillones, tapando. Pasados unos minutos, retiramos los mejillones que se habrán abierto y dejamos que el jugo del fondo reduzca aproximadamente a la mitad. Colamos ese jugo y lo reservamos. A los mejillones les eliminamos el caparazón vacío. Poner en una cazuela al fuego 1 pizca de aceite de oliva, la Cayena, los dientes de ajo y las cebolletas, rehogando a fuego medio unos 15 minutos. Añadir el jugo de mejillón reducido y la salsa de tomate, dejando hervir. Añadimos en esta salsa de tomate los mejillones y el perejil picado.

MEJILLONES CON BECHAMEL FRITOS EN SU CONCHA

1’5 Kg. de mejillones
1 cebolleta grande picada
2 pimientos verdes picados
2 dientes de ajo picados
2 tomates medianos maduros, picados
1 pizca de vino blanco
Salsa bechamel
Aceite de oliva
Harina, huevo batido y pan rallado
Sal y azúcar
Limpiamos bien los mejillones y los abrimos al vapor con vino blanco, al fuego en una cazuela. Rescatamos el jugo del fondo y los mejillones los escurrimos, separándolos de los cuerpos. Picamos los cuerpos. Guardamos las conchas de mejillón más bonitas y profundas.
En una cazuela amplia añadimos aceite de oliva y rehogamos a fuego medio ahí la cebolleta, los pimientos y el ajo, durante unos 10 minutos. Entonces volcamos el tomate y una pizca de sal y azúcar y dejamos que se cocine todo junto unos 40 minutos, hasta que reduzca y quede un sofrito concentrado. En ese momento añadimos la carne de los mejillones picada, dando unas vueltas.
Rellenamos cada concha de mejillón con este sofrito una vez esté frío y por encima cubrimos con una buena cucharada de salsa bechamel caliente, bien espesa, dejando enfriar para que luego podamos empanar los mejillones. Los metemos en la nevera. Al rato, los pasamos por harina, huevo y pan rallado y los freímos en abundante aceite de oliva muy caliente.