3 ó 4 solomillos de cerdo de tamaño medio en pedazos grandes
4 dientes de ajo picados
2 zanahorias peladas en rodajas
2 puerros picados
2 cebolletas picadas
1/2 vaso de vino blanco
6 cucharadas de salsa de tomate
1 ramita de tomillo
Aceite de oliva
1/4 l. de caldo a agua
Sal
En una cazuela amplia poner a dorar en aceite de oliva los pedazos de cerdo previamente sazonados, a fuego medio, dejando que se sofrían por todos sus lados. También podemos guisar los solomillos enteros, según nos parezca. Hecho, bajamos la intensidad del fuego y volcamos todas las verduras y el tomillo, dejando que se sofrían sin quemarse por espacio de unos 10 minutos. Vertemos el vino blanco, dejando hervir suave unos minutos y añadimos la salsa de tomate, damos unas vueltas y vertemos el caldo o el agua, dejando que se guise pausadamente unos 35 minutos, hasta que se vuelva tierno y la salsa se adhiera a los pedazos, no debiendo quedar caldoso. Retiramos la ramita de tomillo. Si hemos guisado los solomillos enteros, al templarse, los escurrimos de la salsa y los cortamos en lonchas como cuando guisamos redondo de ternera, volviéndolo a deslizar de nuevo en su jugo, con las verduras. Antes de comerlo, podemos añadirle unos cuadrados de patatas fritas en aceite o unos champiñones salteados para que hagan de guarnición.