500 g de pulpa de calabaza
4 cucharadas soperas de aceite de oliva virgen
50 g de cebolleta picada
1/2 l de caldo o de agua
1 trozo de mantequilla
1/2 yogur natural
Sal
Pelamos la calabaza y la troceamos hasta completar medio kilo. En una cazuela amplia, añadimos 2 cucharadas de aceite, la cebolleta, sal y la calabaza, arrimando a fuego medio. Rehogamos durante 5 minutos, sin que coja color. Añadimos caldo o agua caliente con una pastilla de caldo concentrado de buena calidad. Cocemos suave durante 20 minutos, añadiendo una pizca de sal. Pasado, introducimos la mezcla en el vaso de una batidora y accionamos la máxima potencia, añadiendo el yogur, la mantequilla y las 2 cucharadas restantes de aceite de oliva virgen. Rectificamos el sazonamiento.
Además podemos enfriarla y comerla bien fresca. Si vemos que fría queda muy espesa le añadimos unos cubitos de hielo.
Las guarniciones posibles pueden ser unos picatostes de pan, dados de foie gras, mollejas de pato salteadas, pescado ahumado en dados, unas uvas peladas, unos restos de pollo asado frío en dados, etc.