4 muslos de pato confitado en su grasa, en conserva
2 racimos de uvas hermosos
1 pizca de mantequilla
1 pizca de azúcar
Sal
Escurrimos la mayor parte posible de la grasa adherida a los muslos de pato. Los colocamos en una bandeja de horno, cubierta de papel de aluminio y la introducimos al horno, a unos 200ºc. hasta que veamos que la piel del pato adquiere un tono tostado y doradito. El papel de aluminio evitará que la grasa humee demasiado en contacto con la bandeja de horno caliente, además de evitar que tengamos luego que frotar como condenados. Podemos guardar la grasa de pato para freír unas patatas en otra ocasión.
Tenemos que saber que los muslos de pato ya están cocinados en la lata, confitados a fuego lento en su grasa y que lo único necesario para comerlos es lo que hemos hecho, tostar su piel. Acompañamos los muslos de pato tostados y ligeramente sazonados con las uvas salteadas, hechas de la siguiente forma. Desgranamos los racimos de uvas y lavamos los granos. En una sartén amplia añadimos el azúcar y colocamos a caramelizar, momento en el que añadimos la mantequilla para que se funda con el caramelo. Esto lo hacemos a fuego suave. Entonces subimos el fuego y añadimos los granos de uva, sin dejar de menearlos, para que cojan una ligera temperatura, sin riesgo de que se rompan. Es importante que no de deshagan por un exceso de fuego. Será suficiente con un minuto de fuego vivo. Servimos con la carne.