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GARBANZOS GUISADOS

3/4 kg de garbanzos remojados en agua al menos 12 horas
1 tomate pequeño limpio
1 puerro pequeño limpio
1 zanahoria pelada
1 cebolla mediana picada
1 chorretón de aceite de oliva
2 dientes de ajo pelados y enteros
Sal
En una cazuela amplia, añadimos la cebolla picada, el aceite y una pizca de sal. Arrimamos a fuego suave y dejamos cocinar 10 minutos, sin que coja color. Entonces añadimos los garbanzos con un poco del agua del remojo y completamos con agua del grifo hasta cubrir generosamente. Añadimos el puerro, el tomate, la zanahoria y los ajos. Añadimos una pizca de sal. Ponemos a cocer a fuego suave, 90 minutos aprox., en hervor continuo. Podemos asustarlos añadiendo en unas dos ocasiones un cubito de hielo. Pasado el tiempo de cocción, rescatamos las verduras con un poco de su propio caldo y lo trituramos en el vaso de una batidora, añadiéndolo al resto de garbanzos guisados, para ligar el potaje. Rectificar el sazonamiento y servir.
Si le añadimos chacinas, chorizo, costilla, morcilla, tocino, etc., las cocemos aparte en agua y troceadas, las mezclamos con los garbanzos al final o aparte, servidas como guarnición para quien quiera darse un homenaje.

SOPA DE GARBANZOS

3/4 litro de garbanzos guisados viudos, sin rastro de carne (ver receta)
600 ml. de caldo de carne o agua
100 g de mantequilla
7 cucharadas de nata líquida
Sal
Mezclar los garbanzos con el caldo y la nata, dando un hervor. Si empleamos agua, enriquecemos con una pastilla de caldo concentrado. Pasar por la batidora todos los ingredientes hervidos, accionando la máxima potencia. Tras unos minutos batiéndose añadimos la mantequilla fría en dados y colamos la sopa a través de un colador a una cazuela o una sopera. Damos un hervor si se ha templado o un golpe en el microondas y servimos, rectificando el sazonamiento si fuera necesario.
Esta sopa la podemos hacer con garbanzos en conserva de buena calidad.

GARBANZOS A LO FRAILE

1/2 Kg. de garbanzos remojados en agua al menos 12 horas
1 Kg. de espinacas frescas lavadas y limpias
1 huevo cocido
1 cebolleta
1 diente de ajo
1 pizca de perejil
Aceite de oliva
En una olla a presión amplia, añadimos los garbanzos cubiertos del agua de remojo. Arrimamos a fuego suave y dejamos cocinar 10/15 minutos. En una sartén añadimos aceite de oliva y la cebolleta picada, dejando que se sofría con un poco de sal y añadiendo al final un poco de harina. Aparte en un mortero o en el vaso de una batidora machacamos el diente de ajo y el perejil y unos 20 garbanzos y la yema de huevo cocida. Majamos y desleímos con un poco de agua de los garbanzos. Cocemos las espinacas y vertemos todo en los garbanzos, junto con la cebolleta picada y el majado, dando un ligero hervor. Debe quedar un guisote contundente.

GARBANZOS DE VIGILIA

2 lomos de bacalao desalado, desespinado y escamado
650 g. de garbanzos de buena calidad
Tres puñados grandes de espinacas limpias
1 cebolleta picada
2 dientes de ajo con su piel
6 cucharadas de aceite de oliva
1 pizca de pimentón dulce de la Vera
1 pizca de pimentón picante de la Vera
1 huevo cocido
Agua y sal
En una cazuela en la que quepan todos los ingredientes, cocemos los garbanzos acompañados de los ajos, cubiertos de agua ligeramente sazonada, un par de horas a fuego suave, ininterrumpidamente, para que no encallen. Es conveniente vigilar, pues quizás sea necesario retirarlos antes. Troceamos el bacalao en dados irregulares. Eliminamos el tallo a las espinacas, tirando de él y arrancando el hilo duro que las atraviesa. Lavarlas y escurrirlas. Picamos el huevo cocido.
En una sartén con el aceite, rehogamos la cebolleta con una pizca de sal, hasta que quede tierna. En ese momento, fuera del fuego, añadimos el pimentón, mezclamos y volcamos el conjunto sobre el potaje. Rectificamos el sazonamiento y comprobamos que el caldo de cocción ha espesado. Introducimos en la olla las espinacas y el bacalao troceado, y damos un meneo, para que se integren en el puchero. Añadimos el huevo duro picado. Servir.

ENSALADA DE GARBANZOS

1/2 Kg. de garbanzos cocidos y escurridos
2 lonchas cortadas muy gruesas de cabeza de jabalí cocida, en dados
2 huevos cocidos y pelados, picados
Perejil picado
2 puñados de pepinillos en vinagre picados
2 cucharadas de mayonesa
8 cucharadas de aceite de oliva virgen
2 cucharadas de vinagre de sidra
Sal y pimienta recién molida
En un bol mezclar los garbanzos con la cabeza de jabalí, los huevos cocidos, el perejil y los pepinillos. En una taza mezclar la sal y la pimienta con el vinagre y añadirle en fino cordón el aceite de oliva, batiendo con un tenedor. Añadir también la mayonesa. Echamos este aliño sobre los garbanzos y mezclamos perfectamente. Los enfriamos en la nevera un rato antes de comerlos.

SOPA DE COCIDO, CÓMO HACER

1 puerro
2 zanahorias
1 nabo
1 cebolla con un clavo (especia) pinchado en ella
1 cabeza de ajos
10 cucharadas de aceite de oliva
2 huesos de cañada y 2 de rodilla
200 g. de costilla de cerdo
200 g de tocino de cerdo
1 Kg. de morcillo de vaca
1/4 de gallina
1 chorizo fresco
1 manojo de perejil
200 g. de garbanzos remojados de víspera
2 patatas troceadas en pedazos más bien grandes
1 puñado de fideos
Sal
Limpiar la verdura y la carne. Introducir los garbanzos en una red para evitar que se desparramen. Colocar los ingredientes (excepto el chorizo) en una olla amplia, cubrirlos con agua caliente y añadir el aceite. Hervir a fuego medio tres o cuatro horas, sacando la espuma regularmente. El hervor no debe de cesar: de otro modo, nos arriesgamos a que el garbanzo encalle. Media hora antes de finalizar, incorporar el chorizo y las patatas.
El servicio se hace en tres “vuelcos”: primero se sirve la sopa (tras desgrasar el caldo, coceremos en él los fideos). Después, los garbanzos guarnecidos de verduras y patatas, chorizo, huesos de cañada, costilla de cerdo y tocino, todo ello troceado y distribuido sobre la legumbre. Por último, presentaremos la carne acompañada de una piperrada o salsa de tomate.
La carne de morcillo, la más habitual, puede ser sustituida por otras sabrosas (especialmente recomendables son la de rabo y las carrilleras). Según la importancia que se dé al sabor de la carne habremos de introducirla antes o después: si se prefiere que dé sabor al conjunto, conviene ponerla junto con las verduras, en agua fría (los garbanzos, cuando hierva el agua); si se desea que resulte sabrosa, hay que introducirla cuando el contenido de la olla está casi hirviendo; la ebullición ha de ser siempre suave y continua.

LEGUMBRES, CÓMO REMOJAR

Cualquier legumbre seca que remojemos para guisar, —garbanzos, alubias, lentejas, habas, etc.—, deberá reposar en la nevera, sobre todo si es tiempo de calores, puesto que corremos el riesgo de que fermenten. Podemos añadir una pizca de bicarbonato a esta agua y sobre todo no olvidar que al ponerlas a guisar, podemos emplear el agua de remojo, mejor que agua limpia del grifo.

LEGUMBRES TIERNAS, CÓMO HACER

Para que las legumbres queden tiernas hay un método tradicional pero efectivo. Cuando se dejan a remojo cubiertas de agua, añadimos una pizca de bicarbonato a la misma y una vez terminado el remojo, las ponemos a hervir en el mismo agua de remojo.
Normalmente cuando guisamos legumbre tenemos la costumbre de asustarlas con agua fría para que no encallen y además no se despellejen. Si en vez de añadir agua fría, añadimos uno o dos cubitos de hielo, el resultado será sorprendente, Ya lo veréis.

LEGUMBRES QUE SEPAN A EMBUTIDO, CÓMO HACER SIN EMBUTIDO

Es aconsejable, para alimentarnos mejor, acostumbrarse a comer las legumbres caldosas. Con esto matamos dos pájaros de un tiro. Por un lado, sacaremos más rendimiento a la cazuela, de manera que el guiso se “estirará”, al nadar la legumbre en más caldo de lo habitual. Y por otro, el caldo caliente, junto con la verdura y la legumbre, nos sabrá más rico y reconfortante, pudiéndose repetir varios platos más, con más facilidad debido a la ligereza de la preparación, facilitado por la ausencia de los tradicionales embutidos que acompañan a estas preparaciones. La verdad que es preferible guisar las legumbres sólo con verduras, para no ensuciarlas con grasas poco digeribles. Y si queremos embutido, cocerlo y acompañarlo aparte.
¿Cómo hacer que la legumbre sepa a embutido, pero sin embutido? El pimentón de la Vera arregla el problema. Al ser éste el ingrediente saborizante de chorizos y embutidos grasos, aromatizará cualquier legumbre, dejando el inconfundible sabor de los mejores chorizos y embutidos, pero sin una gota de grasa. ¡Nada de pesadez en nuestro estómago! Todo el sabor de las mejores legumbres de toda la vida, pero para alimentarnos sin pesadez.
Justo antes de sacar del fuego cualquier cazuela, añadiremos a ésta un refrito hecho aparte de aceite y ajos, o cebolleta, pimiento verde o puerro picado, rehogado, al que añadiremos justo al retirar, unas buenas cucharadas de pimentón dulce o picante, según gustos. Una vueltas al potaje y a comer.