1 fondo de tarta forrado de masa quebrada muy fina y horneado, frío
1/2 l. de crema pastelera o de crema ligera, según gustos
Frambuesas frescas sin su rabo
Azúcar en polvo
Con cuidado para no romper los bordes del molde, estiramos la crema pastelera en todo su fondo, estirándola con el dorso de una cuchara sopera. Esta operación la hacemos sin retirar aún el molde de metal para proteger los bordes de galleta. Si el molde es de fondo desmontable, lo podremos retirar más cómodamente.
Sobre la crema pastelera acomodamos las frambuesas delicadamente, de la forma más bonita posible. Es mejor si amontonamos la fruta en el centro para que así tenga mucha fruta y quede mucho más sabrosa. Para finalizar la espolvoreamos con abundante azúcar en polvo para que quede bien nevada y la comemos cuanto antes.
Conviene hacer la tarta y comerla cuanto antes para que no se reblandezca y quede bien crujiente y fresca. No debemos introducirla en ningún caso en la nevera porque la arruinaremos, quedando reblandecida.
Podemos sustituir la crema pastelera por crema de limón o de pistacho y el resultado será pistonudo.