Alrededor de 3/4 l. de aceite de oliva
4 yemas de huevo
3 cucharadas de vinagre de sidra
1 pizca de sal
1 pizca de zumo de naranja
1 cucharada de salsa ketchup
1 cucharada de mostaza
2 cucharadas de salsa de tomate frito
Unas gotas de salsa de soja
La salsa rosa es una salsa comodín, derivada de una buena mayonesa, así que si la mayonesa no es buena, la salsa rosa tampoco. Es el comodín de muchos platos y acompaña bien a mariscos, ensaladas, verduras cocidas, bocadillos, sandwiches, etc.
Si queremos suavizarla aún más, deberemos utilizar aceites muy suaves, incluso llegando a mezclar oliva con girasol o empleando girasol sólo. El vinagre lo podemos sustituir en su totalidad o en parte por zumo de limón. Sea como fuere, procederemos de la siguiente forma.
En un bol introducimos el vinagre, la sal, la mostaza y la salsa de soja. Añadimos las yemas de huevo y el brazo de una batidora, accionando la máxima potencia. Entonces, comenzamos a añadir en fino hilo el aceite, de forma que vayamos levantando y bajando la batidora. Poco a poco hasta que veamos que la salsa comienza a engordar y a estar bien ligada. Es importante no parar nunca el turmix para que la mayonesa no se corte. Si se corta hay un remedio. Colocamos en un bol dos cucharadas de agua caliente y con ayuda de unas varillas batidoras vamos añadiendo la mezcla cortada poco a poco sin dejar de batir, viendo como la mayonesa se va montando y espesando. Es importante que se haga poco a poco y que quede bien espesa. Una vez la mayonesa montada, viene la transformación. Añadimos el zumo, el ketchup y la salsa de tomate. Mezclamos bien y rectificamos el sazonamiento, añadiendo más sal, más zumo, hasta pillarle un punto a nuestro gusto. Guardarla al frío antes de comerla.