10 yemas de huevo
12 cucharadas de azúcar
200 g. de leche
600 g. de nata líquida
Mezclamos en un bol las yemas con el azúcar y las batimos con unas varillas hasta que la mezcla espese y forme una crema de apariencia blanquecina. Mientras calentamos la leche y la nata, sin hervir, a la que podremos añadirle algún aromatizante si nos apetece ?una astilla de canela, una ramita abierta de vainilla, piel de limón o naranja o incluso unas hebras finas de azafrán tostado?. Para iniciarnos quizás sea mejor probarla sola y la siguiente vez intentar darle algún sabor. Entonces, mezclamos la crema de yemas y azúcar con la leche y la nata calientes, colada si le añadimos algún aroma. Vamos vertiendo esta crema colada en tarros como los de flan o en potes de porcelana de ración, introduciéndolos todos juntos en un baño maría de agua caliente al horno, a 90ºc. hasta que veamos que el borde cuaja y el centro queda tembloroso, señal de que cuando la crema esté fría quedará cremosa y jugosa en su interior. El tiempo aproximado de cocción será de unos 25 minutos, habrá que vigilar para que no se sequen las cremas. Para que a las cremas no se les forme una costra en la superficie las podemos hornear cubiertas con papel de aluminio, individualmente, retirándolo cuidadosamente para comprobar la cocción.