1’5 Kg. de patatas
1 atillo de ramas de perejil, 1 ramita de apio y una corteza de limón atadas con liz
1 l. de leche
1 trozo hermoso de mantequilla
1/2 l. de nata
150 g de queso graso rallado
1 diente de ajo partido en dos
Sal y pimienta recién molida
Pelar las patatas y cortarlas en rodajas de 1/2 cm. de grosor. Mientras las partimos, hervimos al fuego la leche con el atillo de hierbas, la nata, la mantequilla y una pizca de sal, por espacio de 10 minutos. Frotamos con los medios dientes de ajo una fuente amplia de porcelana en la que puedan ir las patatas al horno, para darle aroma. Lavamos las patatas, las secamos y las sazonamos. Extendemos la mitad de las patatas en el fondo de la fuente y las rociamos con la leche y la nata hervidas, pasadas por un colador para evitar el atillo. Espolvoreamos la mitad del queso y cubrimos con el resto de las patatas, vertiendo el resto de leche hervida. Espolvoreamos abundante pimienta recién molida, cubrimos con el resto de queso e introducimos la fuente en el horno a 190º durante al menos 1 hora, hasta que las patatas estén tiernas y hayan absorbido toda la nata. Comprobamos que esté hecho atravesando con la punta de un cuchillo afilado, que deberá penetrar sin dificultad. Si a media cocción observamos que la superficie se dora demasiado, cubrimos la fuente con una hoja de papel de aluminio, para que no se nos queme.