500 g. de morcillo troceado en pedazos medianos
1/4 de gallina
1 cebolla
2 zanahorias
1 puerro
1 puñado de garbanzos
3 l. de agua
1 pizca de aceite de oliva
Dorar en una cazuela amplia, con el aceite de oliva, la carne troceada, hasta que coja bastante color. Añadir la cebolla troceada y rehogar 5 minutos más. Añadir el pollo o la gallina, el resto de los ingredientes y cubrir con el agua. Cocer a fuego lento por espacio de 1 h. Retirar con una espumadera las impurezas que vayan surgiendo en la superficie. Pasado el tiempo, colar el caldo cuidadosamente y dejarlo enfriar en la nevera, de manera que la grasa sobrante se solidifique y sea fácil retirarla. Utilizarlo para elaborar sopas o salsas, o para añadirlo a nuestros guisos o, simplemente caliente, junto a un puñado de fideos, es un excelente primer plato. La carne cocida, debidamente eliminados los tejidos y partes grasas, podremos utilizarla para comerla junto a una buena salsa de tomate o una piperrada. O en tortilla: ropa vieja.
CALDO DE CARNE, CÓMO HACER
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