Es más que frecuente ver como la gente introduce la pieza de carne o el pescado en el horno, y se olvida de él hasta que pase el tiempo requerido por la receta. Nada hay más horrible.
Un buen asado, por norma general, debe disfrutar siempre de humedad durante su proceso. Es decir, la fuente o la bandeja de asado debe disponer siempre de líquido para que el resultado nunca se seque. Por lo generel, agua, vino o el líquido de la marinada correspondiente. Cada vez que el líquido vaya a desaparecer por evaporación deberemos reponerlo y regar con él constantemente la carne o el pescado.
Si alguien teme que, en lugar de asarse la pieza pueda cocerse, existen varias alternativas. Una de ellas consiste en disponer dos cuhcaras de palo o tros de madera limpia en el fondo de la bandeja, en el líquido, de forma que disponemos la pieza sobre las cucharas y sin que toque el líquido.
Otra posibilidad consiste en poner la pieza sobre la rejilla de horno, y la bandeja con el jugo más abajo. En este caso se requiere rociar constantemente el asado.