Para limpiar una trufa negra, hace falta un cepillo de cerdas suaves y un trapo. Normalmente, si las trufas son recién cogidas, vienen recubiertas de una gruesa capa de barro, piedras y hojitas. Ojo, no paguemos los restos del bosque a precio de trufa negra. Con ayuda del cepillo y bajo un hilillo muy fino de agua fría del grifo, vamos cepillando las trufas hasta que veamos que aparece la piel negra y rugosa de la misma. La secamos con un trapo y la utilizamos como indique la receta. Si no las vamos a consumir inmediatamente, es preferible dejarlas en un cesto o en una caja en la nevera, sin limpiar, con su suciedad hasta que las vayamos a cocinar.Acordarse de que se pueden guardar, una vez cepilladas, entre huevos o arroz. Y que laminadas crudas, bien finas, sobre las hojas de una ensalada, unas patatas cocidas, un arroz cremoso o unos huevos fritos, son un manjar insuperable.
Archivo de la etiqueta: Trufa
TRUFA NEGRA EN REVUELTO
2 huevos batidos + 1 yema1 pizca de mantequilla1 trufa negra limpia, cepillada y cortada en tiras finasSal1 pizca de mantequillaColocamos un cazo al fuego y añadimos la mantequilla, arrimando a fuego suave. En el momento que espuma la grasa, añadimos la trufa en tiras finas, dando unas vueltas para que suden bien y empiecen a desarrollar su sabor, sin que en ningún caso cojan color, siempre a fuego muy suave. Añadimos los huevos batidos con la yema y una pizca de sal y hacemos un revuelto bien cremoso, que quede muy baboso, justo cuajado y espeso. Se puede hacer directamente al fuego o al baño maría. Al retirarlo para comerlo, le añadimos 1 pizca de mantequilla fresca y dejamos que se integre en el revuelto, dando vueltas sin parar.
TRUFA NEGRA, CÓMO CONSERVAR
No es pecado ser rico, sobre todo porque quién necesita almacenar trufas es un tipo con mucha tela en la cartera. Así que nos tememos que este consejo lo pondrán en práctica muchos menos lectores que los que utilicen, por poner un caso, la receta de “bocadillo vegetal”.Bueno, quien pille una trufa que no la suelte. Las dos maneras más sabrosas de conservarlas es entre huevos o escondida en un tarro hermético en arroz. Entre huevos, en la nevera, porque los huevos los muy bribones son porosos y absorben el delicioso aroma de la trufa negra. Si luego se hace una tortilla con ellos o un revuelto, en compañía de la trufa, el sabor es todavía mucho más intenso.Y entre arroz, por el mismo motivo. Los granos se empapan del aroma y luego cuando se hace un arroz cremoso el sabor es intenso a rabiar.Los hay quienes sumergen la trufa en aceite de oliva, pero no somos muy partidarios. El aceite, es verdad, queda delicioso, pero la trufa negra tiende a ablandarse y a perder terriblemente su textura y su sabor.De todas formas, cuanto antes comamos una trufa negra, más rica estará. Entre huevos unas horas será suficiente y en arroz, durará más, sobretodo porque los granos crean un ambiente seco, sin humedad, en el que la trufa retoza como una cerda. Podremos consevarla ahí durante unos 2 ó 3 días.