800 g de pochas blancas, desgranadas
1 tomate maduro
1 pimiento verde
1 cebolleta en dos
2 cucharadas soperas de aceite de oliva virgen extra
Agua y Sal
8 codornices partidas en dos
4 dientes de ajo enteros, con su piel
Aceite de oliva, una pizca de mantequilla y Sal
Poner las pochas bien limpias en una cazuela, cubriéndolas, dos dedos por encima, con agua fría y parte del caldo de cocer los morros, pero frío, muy importante. Añadir el aceite crudo, una pizca de sal, la cebolleta en dos, el pimiento verde bien limpio y despepitado y el tomate también entero. Tapar la cazuela y ponerla a fuego muy suave.
Es importante que hasta que aparezcan los primeros borbotones pasen al menos 25 minutos, de manera que una vez empezado el hervor, se mantenga este muy suave por un espacio aproximado de 25/35 minutos más.
Iremos retirando la espuma y las impurezas que se irán formando en la superficie, ayudándonos de una espumadera. Es importante que el hervor sea pausado para que la cocción de los granos sea uniforme y no revienten y se despellejen.
Pasado ese tiempo, sacar las verduras ?cebolleta, pimiento y tomate- e introducirlas en el vaso de una batidora, junto a un poco del caldo de cocción, accionando la máxima potencia. A través de un colador, volverlas a añadir a las pochas ya cocidas. Cocer a fuego suave otros 15 minutos más, de manera que se ligue el conjunto.
Mientras se están haciendo las pochas, colocamos una sartén a fuego vivo con una pizca de aceite, un pedazo pequeño de mantequilla y los dientes de ajo. En el momento que veamos que chisporrotea la grasa, colocamos las codornices por el lado de la piel, dejando que se tuesten bien y rociándolas con la grasa, con una cuchara. Les damos la vuelta y las dejamos soasar hasta que comprobemos que están hechas, a pesar de que deberán estar bien jugosas en su interior. El tiempo total será de unos 8 minutos a fuego vivo. Las dejamos reposar en un plato, cubiertas.
Verter las pochas en una sopera amplia y acompañar con las codornices asadas bien calientes. También podemos introducir las codornices en las pochas y servirlas junto con el guiso, añadiendo el jugo que suelten en el reposo. Es cuestión de gustos.