Archivo de la categoría: CARNES DE CARNICERÍA

CHULETAS DE CERDO CON PATATAS

8 chuletas de cerdo de tamaño medio
1 cebolleta pequeña picada
Aceite de oliva y sal
1 pizca de vinagre de sidra
Perejil picado
Muchas patatas fritas

Habrá que hacer las chuletas por lo menos en dos veces, para que no se cuezan. Fuego muy fuerte. Añadimos una pizca de aceite de oliva y las tostamos por sus dos caras para que queden doradas pero con el corazón jugoso. Justo antes de sacarlas, las espolvoreamos con la cebolleta picada y las rociamos con unas gotas de vinagre, además de espolvorearlas con el perejil. Dejamos que la cebolleta se medio haga y se empape de los jugos de la carne y las sacamos, sazonándolas generosamente. Las acompañamos con las patatas fritas.

CHULETAS DE CERDO CON CIRUELAS

8 chuletas de cerdo de tamaño medio
20 ciruelas pasas deshuesadas y remojadas unas horas en vino tinto
1 corteza de limón
1/2 vaso pequeño de nata líquida
Aceite de oliva y sal
Perejil picado

Habrá que hacer las chuletas por lo menos en dos veces, para que no se cuezan. Fuego muy fuerte. Añadimos una pizca de aceite de oliva y las tostamos por sus dos caras para que queden doradas pero con el corazón jugoso. Justo antes de sacarlas, las espolvoreamos con el perejil. Las sazonamos generosamente.
Entonces en la misma sartén, añadimos las ciruelas escurridas con una pizca de vino tinto y la corteza de limón, dejando que reduzca de volumen unos segundos. Cuando estén las ciruelas casi secas, añadimos la nata líquida y una pizca de sal, dejando que queden de apariencia cremosa, hirviéndolas unos segundos al fuego pero sin que queden para nada caldosas, deben estar empapadas de una crema ligera color Burdeos. Servimos estas ciruelas con la carne salteada.

CARRILLERAS Y MANOS DE CERDO REMELLURI

6 carrilleras de cerdo deshuesadas o con su hueso, como queramos, si son deshuesadas, nos entrarán más fácil en la cazuela
6 manos delanteras de cerdo bien blancas
30 dientes de ajo sin pelar
1 puerro picado
1 cebolleta picada
1l. de vino tinto riojano Remelluri u otro similar
Aceite de oliva
Agua
Sal

Para hacer este tipo de guisos, es mejor utilizar manos de cerdo delanteras. Tienen más carne y son más sabrosas que las de atrás, también muy gelatinosas, pero con menos carne. Poner en una cazuela el aceite de oliva y dorar en él todas las carrilleras previamente sazonadas y las manos, por todas sus caras. Ojo con las salpicaduras de aceite. Tienen que quedar muy tostadas. Sacar toda la carne, retirar el exceso de grasa y volcar los ajos, el puerro y la cebolleta. Pochar perfectamente e introducir de nuevo las carrilleras y las patas doradas, dando unas vueltas y añadiendo el vino tinto. Dejarlo reducir. Entonces cubrir 3 dedos por encima con agua caliente, sazonar ligeramente y cocer tapado a pequeños borbotones por espacio de unas 2 horas. Controlar que no les falte agua hasta cubrir e ir añadiendo más si vemos que se evapora. Cuando estén tiernas las carrilleras, retirarlas y continuar con la cocción de las manos por lo menos 1 hora más. Que estén siempre cubiertas de líquido. Entonces, bien cocidas las manos, colar el jugo de cocción, que colocaremos en una cazuela limpia a hervir despacio. Las carrilleras las dejamos templar y si tienen hueso se lo retiramos con la mano y con ayuda de un cuchillo, intentando que no se quiebren y queden de una pieza. Si las guisamos deshuesadas, las dejamos enteras, eliminando sólo algún rastro de grasa. Las manos las dejamos entibiar y con cuidado de no romperlas, las deshuesamos intentando que no pierdan su forma original, quitando cartílagos y huesillos hasta no dejar ninguno. Vamos añadiendo las carrilleras y las manos a la cazuela con el jugo, dejando que vayan soltando la gelatina y la salsa vaya espesando. Rectificamos el sazonamiento. Servirlas con puré de patatas o, mejor aún, de manzana.

CARRILLERAS DE CERDO GUISADAS AL VINO TINTO

12 carrilleras de cerdo deshuesadas o con su hueso, al gusto de cada cual.
(Si son deshuesadas, nos entrarán más fácil en la cazuela)
30 dientes de ajo sin pelar
1 puerro picado
1 cebolleta picada
Medio litro de vino tinto
Aceite de oliva
Agua
Sal

Poner en una cazuela el aceite de oliva y dorar en él todas las carrilleras previamente sazonadas, por todas sus caras. Ojo con las salpicaduras de aceite. Tienen que quedar muy tostadas. Sacarlas, retirar el exceso de grasa y volcar los ajos, el puerro y la cebolleta. Pochar perfectamente e introducir de nuevo las carrilleras doradas, dando unas vueltas y añadiendo el vino tinto. Dejarlo reducir. Entonces cubrir 3 dedos por encima con agua caliente, sazonar ligeramente y cocer tapado a pequeños borbotones por espacio de unas 2 horas. Controlar que no les falte agua hasta cubrir e ir añadiendo más si vemos que se evapora. Cuando estén tiernas, retirarlas y colar el jugo de cocción, que colocaremos en una cazuela limpia a hervir despacio. Las carrilleras las dejamos templar y si tienen hueso se lo retiramos con la mano y con ayuda de un cuchillo, intentando que no se quiebren y queden de una pieza. Si las guisamos deshuesadas, las dejamos enteras, eliminando sólo algún rastro de grasa. Vamos añadiendo las carrilleras a la cazuela con el jugo, dejando que vayan soltando la gelatina y la salsa vaya espesando. Rectificamos el sazonamiento. Servirlas con puré de patatas o, mejor, de manzana.

BLANQUETA DE CERDO

1 Kg. de carne de cerdo para guisar
2 zanahorias
2 cebolletas
1 puerro
1 hoja pequeña de laurel
1 ramita de tomillo fresco
1/2 Kg. de champiñones, lavados y en cuartos
1 pizca de mantequilla

Para la salsa:
3 cucharadas de harina
4 cucharadas de mantequilla
10 cl. de nata espesa o en su defecto nata líquida
1 yema de huevo
Sal y pimienta molida

O lo hacemos nosotros, o lo hace el carnicero, pero cortamos la carne en dados hermosos, como para guisarse. Metemos todos los pedazos de carne en una cazuela, los cubrimos de agua con un pizca de sal y lo arrimamos a fuego suave. En el momento que surja el hervor, escurrimos la carne y la refrescamos pasándola por agua fría del grifo. Entonces en la misma cazuela, volvemos a meter los pedazos de carne refrescados y los cubrimos de agua, añadiéndoles el puerro entero, el laurel, el tomillo, las zanahorias peladas, las cebolletas y una pizca de sal. Arrimamos la cazuela a fuego medio, tapada, y dejamos que cueza la menos durante 1 hora. Mientras con la pizca de mantequilla, salteamos los champis en una sartén, con una pizca de sal, dejándolos bien pochados.
Cuando la carne esté cocida, tierna, la escurrimos y la dejamos en un plato, pasando el jugo con todas su verduras a través de un colador, poniendo este jugo a hervir.
Aparte en un cazo, derretimos las 4 cucharadas de mantequilla a fuego suave, añadiendo las 3 de harina, sin dejar de dar vueltas con una cuchara de madera, haciendo un roux, como cuando hacemos croquetas, siempre a fuego medio para que no nos coja color. La mezcla debe espumar, sacando burbujitas al fuego. Añadir entonces el jugo hirviendo encima de la mezcla de harina y mantequilla y dar vueltas para que se integre. Cocer al menos 10 minutos para que la harina pierda sabor. Mezclar aparte en un bol la nata y la yema y añadirla sobre la salsa, sin dejar de dar vueltas. Calentar hasta que veamos que la salsa espesa, salpimentando. Pasamos la salsa por un colador para que quede bien fina y la vertemos sobre los trozos de carne y los champis, rectificando de nuevo el sazonamiento.
Podemos servir la blanqueta con arroz blanco, pasta cocida o verduras. Es importante que la salsa cueza bien y sobretodo que cuando hagamos el roux, éste cueza el máximo tiempo posible sin coloración, pero que la harina esté bien hecha. Cuanto más cueza sin coger color, mejor estará la salsa.
Algunos antes de empezar a guisar, 12 horas antes, sumergen la carne en agua fría y la tienen en la nevera para que se desangre bien. Es aconsejable hacerlo.