SALSA DE CARAMELO

250 g de azúcar
1/2 l. de nata líquida
5 cucharadas de nata líquida

Colocamos un cazo a fuego medio y dejamos que se caliente su base. Añadimos 1/4 parte del azúcar y dejamos que empiece a derretirse, a fundirse por acción del calor. Añadimos entonces otra cuarta parte, así hasta que tengamos todo el azúcar líquido en el cazo y empezando a caramelizarse, a coger color dorado. Lo hacemos así, añadiendo poco a poco, para que no se formen pelotas de azúcar que luego no hay cristiano que derrita. Es mejor ir muy despacito. Cuando el caramelo está bien dorado, añadimos el medio litro de nata líquida y dejamos que hierva suavemente unos segundos, lo justo para que el caramelo quede bien mezclado y con apariencia de salsa. Lo retiramos del fuego y lo colamos a un bol. Cuando la mezcla esté fría, le añadimos las cucharadas de nata líquida y le damos unas vueltas. Si vemos que está muy espesa, añadimos más nata hasta que tenga una densidad de salsa apetecible.

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