Masa de bizcocho,
5 huevos
75 g. de azúcar
75 g. de harina
Baño del bizcocho,
1 café negro doble, expresso
1 buen chorretón de licor amaretto
Crema,
4 yemas de huevo
8 cucharadas de azúcar
250 g. de queso cremoso mascarpone
4 claras de huevo
Para el bizcocho: reunimos en un bol los huevos con el azúcar y los batimos enérgicamente hasta que la mezcla espese y se vuelva blanquecina, bien esponjosa. A continuación tamizaremos la harina y la añadimos en fina lluvia sobre los huevos y el azúcar muy poco a poco. Extendemos esta mezcla sobre papel sulfurizado de horno y horneamos la plancha de bizcocho a 180ºc. durante unos 7 minutos, sin que se seque, para que luego quede bien tierno. Para el baño de bizcocho: mezclamos el café doble frío con el amaretto y dejamos enfriar. Para la crema: montamos en un bol con unas varillas las yemas con 4 cucharadas de azúcar hasta que queden esponjosas y aumenten al doble su volumen. A continuación, añadimos sin dejar de menear el queso mascarpone poco a poco hasta que se mezcle bien y finalmente le añadimos las claras de huevo montadas bien firmes con una varilla y azucaradas con las 4 cucharadas restantes de azúcar. Para montar el tiramisú, lo podemos hacer en un molde tipo plum-cake, en uno de tarta, de bizcocho o incluso, más cómodo para servir, en pequeños tarros de porcelana individuales. Es muy fácil. Cortamos la plancha de bizcocho en pedazos del tamaño del fondo del recipiente elegido y los colocamos, por ejemplo, en el fondo de los tarros. Los empapamos con una buena cucharada de baño de café, hasta que el bizcocho quede borracho y distribuimos la crema de queso por encima, bien esponjosa hasta el ras. Dejamos que la crema se enfríe, por ejemplo en la nevera, durante un buen rato y la servimos espolvoreada con abundante cacao amargo; si es para los chavales espolvoreamos con cola cao y retiramos el alcohol del baño de café, no vaya a ser que les guste.