Si vemos que se nos ha olvidado sacar el helado del congelador y dejarlo a temperatura ambiente, antes de comer, para que esté cremoso, hay una solución. Consiste en meterlo en el microondas a temperatura mínima o de descongelación durante unos segundos, tantas veces como sea necesario, abriendo la puerta y comprobando que se va derritiendo ligeramente y volviendo “comestible”. En el momento que veamos que lo podemos amasar con una cuchara y está cremoso, lo servimos sin demora.
HELADO, CÓMO VOLVER CREMOSO CUANDO ESTA COMO UN LADRILLO DE DURO
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