1 Kg. de almejas
3 dientes de ajo picados
1/4 l. de agua caliente
4 cucharadas de aceite de oliva virgen
Perejil picado
1 pizca de harina
1 chorretón de vino blanco
En una cazuela amplia pero baja, rehogar el ajo picado en el aceite. Al comenzar a “bailar”, sin dorarse, añadimos la pizca de harina y la revolvemos con una cuchara. Verter la pizca de vino y el agua caliente. Hervir 1 minuto. Añadir las almejas y mantenerlas al fuego, hasta que se abran, a poder ser cubiertas con una tapa. A medida que se van abriendo, las vamos retirando a un plato. Esto lo hacemos para que el hervor en exceso que le damos a las que se resisten a abrirse, no perjudique a las que primero se abren, volviéndolas cauchosas por exceso de cocción. Si vemos que alguna se resiste, mejor desecharla. Una vez la última abierta, las introducimos de nuevo todas en la salsa y la espolvoreamos con el perejil.