CALAMARES EMPANADOS

1 Kg. de calamares limpios, sin tripas ni pluma
Leche
2 dientes de ajo aplastados
Pan rallado
Aceite de oliva
Sal

Si el pescadero es magnánimo, que nos limpien los calamares en la pescadería. Si la piel está fresca e intacta, la respetamos. Cortamos los cuerpos en tiras o arandelas, según el tamaño, intentando imitar el corte o la forma que consiguen en los bares y tabernas, de un grosor como de medio dedo. Hacemos lo mismo con las aletas y los tentáculos los soltamos dejándolos sueltos de la base. Los sazonamos generosamente y los sumergimos en leche bien cubiertos, con los dientes de ajo aplastados. Los dejamos así varias horas, en la nevera. Pasado ese rato, los escurrimos perfectamente. La leche se la damos al gato. Y los ajos para el que le gustan, se pueden freír con los calamares.
Eso es lo que hacemos. Bien escurridos de la leche, los pasamos de pocos en pocos por pan rallado y los freímos bien sueltos en aceite de oliva caliente, escurriéndolos a una fuente. Terminada la fritura, los servimos con gajos de limón para el que le vaya el acidito y una cerveza bien fresca. Se pueden volver a sazonar si vemos que están un poco sosotes.
Quedan también muy ricos si el pan rallado lo mezclamos con perejil picado y ajo picado y rebozamos en esta mezcla los calamares. Lo haremos “según humor”, como dicen nuestras madres.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *