1 Kg. de hongos limpios y troceados en pedazos medianos
6 cucharadas de aceite de oliva
2 dientes de ajo picados
1 pizca de perejil picado
Sal
Ponemos en una cazuela a fuego fuerte el aceite. Añadimos los hongos y una pizca de sal y dejamos que se cocinen despacio, sin dejar de dar vueltas, hasta que veamos que quedan tostados. Si están húmedos o contienen mucho agua, habrá que dejar que se reduzca poco a poco y evapore toda, para que queden secos y sobretodo, sin aspecto baboso. Dicen los que saben, que el hongo está listo cuando el aceite queda limpio, lo que demuestra que el jugo de la seta se ha ido.
Unos minutos antes de retirarlos del fuego, añadimos el ajo picado y rectificamos el sazonamiento. Al servirlos los espolvoreamos de perejil.