Archivo de la etiqueta: Espinaca

LASAÑA DE ESPINACAS

1 paquete de pasta para lasaña (comprar de la que no hace falta cocer de antemano)
2 cebolletas picadas
3 dientes de ajo picados
5 cucharadas de aceite de oliva
1/2 Kg. de carne picada (cerdo, vaca y ternera bien veteada, para que sea jugosa)
1 Kg. de espinacas limpias, sin el tallo duro
1/4 l. de salsa de tomate
1/4 l. de salsa bechamel
Perejil picado
Queso rallado graso
En una cazuela amplia añadimos el aceite, los dientes de ajo, una pizca de sal y la cebolleta, arrimando a fuego muy suave. Dejamos que la verdura se vaya haciendo muy despacito por espacio de 20 minutos. Pasados, subimos la intensidad del fuego y añadimos la carne picada dejando que se haga por espacio de unos 20 minutos, sin dejar de mover con una cuchara de palo, para que no se apelmace y quede bien suelta. Introducimos entonces las espinacas y las dejamos hacerse otros 10 minutos más, dejando que suelten su jugo y éste se evapore. Sazonamos ligeramente y añadimos la salsa de tomate, dejando reducir, para que la carne y la verdura se tornen melosas y la salsa espese. Añadimos el perejil y reservamos. En una bandeja profunda que pueda ir al horno, colocamos una capa de bechamel y extendemos las láminas de pasta para lasaña. Cubrimos con parte de la carne guisada con las espinacas, volvemos a echar una capa de bechamel y espolvoreamos una gruesa capa de queso rallado. Hacemos esto por capas, hasta terminar con los ingredientes. Es importante que la pasta de lasaña esté siempre en contacto con la bechamel. Tenemos que terminar por capa de lasaña, cubrimos de bechamel y espolvoreamos con queso rallado.Metemos la bandeja al horno, tapada con papel de aluminio y horneamos a 200º al menos 30 minutos. Los últimos 10, destapamos y dejamos que el queso se gratine para formar una costra dorada y apetitosa.
Es importante todo este tiempo de cocción, para que las capas de lasaña se cuezan en el interior y queden tiernas. Usando pasta de este tipo nos evitamos el engorroso trabajo de tener que cocerla de antemano. Si queremos hacer una lasaña totalmente vegetal, sustituimos la carne por el doble de cantidad de espinacas, haciendo un relleno exclusivamente verde.

GARBANZOS A LO FRAILE

1/2 Kg. de garbanzos remojados en agua al menos 12 horas
1 Kg. de espinacas frescas lavadas y limpias
1 huevo cocido
1 cebolleta
1 diente de ajo
1 pizca de perejil
Aceite de oliva
En una olla a presión amplia, añadimos los garbanzos cubiertos del agua de remojo. Arrimamos a fuego suave y dejamos cocinar 10/15 minutos. En una sartén añadimos aceite de oliva y la cebolleta picada, dejando que se sofría con un poco de sal y añadiendo al final un poco de harina. Aparte en un mortero o en el vaso de una batidora machacamos el diente de ajo y el perejil y unos 20 garbanzos y la yema de huevo cocida. Majamos y desleímos con un poco de agua de los garbanzos. Cocemos las espinacas y vertemos todo en los garbanzos, junto con la cebolleta picada y el majado, dando un ligero hervor. Debe quedar un guisote contundente.

ESPINACAS SALTEADAS CON JAMÓN

1 Kg. de espinacas frescas
5 dientes de ajo laminados
Un puñado de jamón cortado en finas tiras
4 cucharadas de aceite de oliva
Pimienta recién molida
Sal
Limpiamos las espinacas. Las sumergimos todas en una pila de agua fría, adicionada de unas gotas de lejía o de vinagre. Las removemos con las manos y las dejamos unos minutos a remojo para que las impurezas se precipiten al fondo. Las escurrimos cuidadosamente, eliminamos el agua y las volvemos a pasar todas por abundante agua fría, para terminar de limpiarlas bien. Les eliminamos el tallo duro y fibroso, agarrando las hojas y tirando del tallo, que se desprenderá en todo lo largo. Así todas. A las que sean muy pequeñas, como brotes, no hace falta que les retiremos el tallo, sólo a las duras. Ponemos en una cazuela amplia en la que quepan luego todas las espinacas, mientras estemos limpiando las espinacas, el aceite a fuego suave y añadimos las tiras de jamón. Dejamos que se cocinen suavemente, sin dejar de mover, sin que cojan color. Entonces subimos la intensidad del fuego y añadimos los ajos, que deberán dorarse ligeramente y todas las espinacas crudas, dando vueltas sin cesar, cubriendo con una tapa. Dejamos que vayan mermando de volumen y cocinándose, reduciéndose el jugo que irán soltando. Así unos 15 minutos. Pasados, destapamos, añadimos unos granos de sal. Les añadimos una pizca de pimenta recién molida y nos las comemos, como verdura o como guarnición. Hay quien antes de saltear las espinacas las cuece en agua salada, las escurre y bien escurridas, las añade al aceite. Es una opción, pero salteadas en crudo, quedan también muy buenas, siempre y cuando sean espinacas jóvenes y tiernas.

ESPINACAS SALTEADAS CON BEICON

1 Kg. de espinacas frescas
5 dientes de ajo laminados
Un puñado de beicon ahumado cortado en finas tiras
4 cucharadas de aceite de oliva
Pimienta recién molida
Sal
Limpiamos las espinacas. Las sumergimos todas en una pila de agua fría, adicionada de unas gotas de lejía o de vinagre. Las removemos con las manos y las dejamos unos minutos a remojo para que las impurezas se precipiten al fondo. Las escurrimos cuidadosamente, eliminamos el agua y las volvemos a pasar todas por abundante agua fría, para terminar de limpiarlas bien. Les eliminamos el tallo duro y fibroso, agarrando las hojas y tirando del tallo, que se desprenderá en todo lo largo. Así todas. A las que sean muy pequeñas, como brotes, no hace falta que les retiremos el tallo, sólo a las duras. Ponemos en una cazuela amplia en la que quepan luego todas las espinacas, mientras estemos limpiando las espinacas, el aceite a fuego suave y añadimos las tiras de beicon. Dejamos que se cocinen suavemente, sin dejar de mover, sin que cojan color. Entonces subimos la intensidad del fuego y añadimos los ajos, que deberán dorarse ligeramente y todas las espinacas crudas, dando vueltas sin cesar, cubriendo con una tapa. Dejamos que vayan mermando de volumen y cocinándose, reduciéndose el jugo que irán soltando. Así unos 15 minutos. Pasados, destapamos, añadimos unos granos de sal. Les añadimos una pizca de pimenta recién molida y nos las comemos, como verdura o como guarnición. Hay quien antes de saltear las espinacas las cuece en agua salada, las escurre y bien escurridas, las añade al aceite. Es una opción, pero salteadas en crudo, quedan también muy buenas, siempre y cuando sean espinacas jóvenes y tiernas.

ESPINACAS SALTEADAS CON AJO Y PIMENTÓN

1 Kg. de espinacas frescas
5 dientes de ajo laminados
1 cucharadita de pimentón dulce de la vera
6 cucharadas de aceite de oliva
Pimienta recién molida
Sal
Limpiamos las espinacas. Las sumergimos todas en una pila de agua fría, adicionada de unas gotas de lejía o de vinagre. Las removemos con las manos y las dejamos unos minutos a remojo para que las impurezas se precipiten al fondo. Las escurrimos cuidadosamente, eliminamos el agua y las volvemos a pasar todas por abundante agua fría, para terminar de limpiarlas bien. Les eliminamos el tallo duro y fibroso, agarrando las hojas y tirando del tallo, que se desprenderá en todo lo largo. Así todas. A las que sean muy pequeñas, como brotes, no hace falta que les retiremos el tallo, sólo a las duras.Ponemos en una cazuela amplia en la que quepan luego todas las espinacas, mientras estemos limpiando las espinacas, 4 cucharadas de aceite a fuego fuerte. Entonces añadimos todas las espinacas crudas, dando vueltas sin cesar, cubriendo con una tapa. Dejamos que vayan mermando de volumen y cocinándose, reduciéndose el jugo que irán soltando. Así unos 15 minutos. Pasados, destapamos y añadimos unos granos de sal. En una sartén pequeña, añadimos el resto de aceite y los ajos laminados, dejando que se cocinen suavemente, sin dejar de mover, sin que cojan color. En el momento que veamos que los ajos empiezan a colorearse, retiramos la sartén del fuego y añadimos el pimentón. Damos unas vueltas y rociamos este refrito sobre las espinacas cocinadas, dando unas vueltas. Las servimos, rectificando el sazonamiento. Hay quien antes de saltear las espinacas las cuece en agua salada, las escurre y bien escurridas, las añade a los ajos salteados en el aceite. Es una opción, pero salteadas en crudo, quedan también muy buenas, siempre y cuando sean espinacas jóvenes y tiernas.

ESPINACAS SALTEADAS CON AJO

1 Kg. de espinacas frescas
5 dientes de ajo laminados
5 cucharadas de aceite de oliva
Pimienta recién molida
Sal
Limpiamos las espinacas. Las sumergimos todas en una pila de agua fría, adicionada de unas gotas de lejía o de vinagre. Las removemos con las manos y las dejamos unos minutos a remojo para que las impurezas se precipiten al fondo. Las escurrimos cuidadosamente, eliminamos el agua y las volvemos a pasar todas por abundante agua fría, para terminar de limpiarlas bien. Les eliminamos el tallo duro y fibroso, agarrando las hojas y tirando del tallo, que se desprenderá en todo lo largo. Así todas. A las que sean muy pequeñas, como brotes, no hace falta que les retiremos el tallo, sólo a las duras.
Ponemos en una cazuela amplia en la que quepan luego todas las espinacas, mientras estemos limpiando las espinacas, el aceite a fuego suave y añadimos los ajos. Dejamos que se cocine suavemente, sin dejar de mover, sin que coja color. Entonces subimos la intensidad del fuego y añadimos todas las espinacas crudas, dando vueltas sin cesar, cubriendo con una tapa. Dejamos que vayan mermando de volumen y cocinándose, reduciéndose el jugo que irán soltando. Así unos 15 minutos. Pasados, destapamos, añadimos unos granos de sal. Les añadimos una pizca de pimienta recién molida y nos las comemos, como verdura o como guarnición.

ESPINACAS A LA CREMA CON PASAS Y PIÑONES

1 Kg. de espinacas frescas
1 cebolleta picada
2 dientes de ajo picados
5 cucharadas de aceite de oliva
1/2 l. de nata líquida
4 cucharadas de pasas remojadas en agua
4 cucharadas de piñones tostados
Pimienta recién molida
Sal
Limpiamos las espinacas. Las sumergimos todas en una pila de agua fría, adicionada de unas gotas de lejía o de vinagre. Las removemos con las manos y las dejamos unos minutos a remojo para que las impurezas se precipiten al fondo. Las escurrimos cuidadosamente, eliminamos el agua y las volvemos a pasar todas por abundante agua fría, para terminar de limpiarlas bien. Les eliminamos el tallo duro y fibroso, agarrando las hojas y tirando del tallo, que se desprenderá en todo lo largo. Así todas. A las que sean muy pequeñas, como brotes, no hace falta que les retiremos el tallo, sólo a las duras.
Ponemos en una cazuela amplia en la que quepan luego todas las espinacas, mientras estemos limpiando las espinacas, el aceite a fuego suave y añadimos la cebolleta y los ajos picados, con una pizca de sal. Dejamos que se cocine suavemente, sin dejar de mover, sin que coja color, unos 15 minutos. Entonces subimos la intensidad del fuego y añadimos todas las espinacas crudas, dando vueltas sin cesar, cubriendo con una tapa. Dejamos que vayan mermando de volumen y cocinándose, reduciéndose el jugo que irán soltando. Así otros 15 minutos. Pasados, destapamos, añadimos la nata, las pasas y los piñones y dejamos que se vaya reduciendo tomando un aspecto cremoso. Añadimos unos granos de sal. Cuando veamos que las espinacas están listas, es decir, no nadan en líquido sino que están ligadas, les añadimos una pizca de pimienta recién molida.

ESPINACAS A LA CREMA CON CÁSCARA DE LIMÓN

1 Kg. de espinacas frescas
1 cebolleta picada
2 dientes de ajo picados
5 cucharadas de aceite de oliva
1/2 l. de nata líquida
La piel de 1/2 limón amarillo rallada
Pimienta recién molida
Sal
Limpiamos las espinacas. Las sumergimos todas en una pila de agua fría, adicionada de unas gotas de lejía o de vinagre. Las removemos con las manos y las dejamos unos minutos a remojo para que las impurezas se precipiten al fondo. Las escurrimos cuidadosamente, eliminamos el agua y las volvemos a pasar todas por abundante agua fría, para terminar de limpiarlas bien. Les eliminamos el tallo duro y fibroso, agarrando las hojas y tirando del tallo, que se desprenderá en todo lo largo. Así todas. A las que sean muy pequeñas, como brotes, no hace falta que les retiremos el tallo, sólo a las duras.
Ponemos en una cazuela amplia en la que quepan luego todas las espinacas, mientras estemos limpiando las espinacas, el aceite a fuego suave y añadimos la cebolleta y los ajos picados, con una pizca de sal. Dejamos que se cocine suavemente, sin dejar de mover, sin que coja color, unos 15 minutos. Entonces subimos la intensidad del fuego y añadimos todas las espinacas crudas, dando vueltas sin cesar, cubriendo con una tapa. Dejamos que vayan mermando de volumen y cocinandose, reduciéndose el jugo que irán soltando. Así otros 15 minutos. Pasados, destapamos, añadimos la nata y dejamos que también se vaya reduciendo tomando un aspecto cremoso. Añadimos unos granos de sal. Cuando veamos que las espinacas están listas, es decir, no nadan en líquido sino que están ligadas, les añadimos una pizca de pimenta recién molida y la cáscara de limón rallada, dando unas vueltas.
Si sobre estas espinacas perfumadas con limón, añadimos una pasta cocida y escurrida, dando unas vueltas y acompañamos con queso Idiazábal curado, viejo, rallado, estamos hablando con San Bartolo y San Ciprián, o sea es la leche en verso.

ESPINACAS A LA CREMA

1 Kg. de espinacas frescas
1 cebolleta picada
2 dientes de ajo picados
5 cucharadas de aceite de oliva
3/4 l. de nata líquida
Pimienta recién molida
Sal
Limpiamos las espinacas. Las sumergimos todas en una pila de agua fría, adicionada de unas gotas de lejía o de vinagre. Las removemos con las manos y las dejamos unos minutos a remojo para que las impurezas se precipiten al fondo. Las escurrimos cuidadosamente, eliminamos el agua y las volvemos a pasar todas por abundante agua fría, para terminar de limpiarlas bien. Les eliminamos el tallo duro y fibroso, agarrando las hojas y tirando del tallo, que se desprenderá en todo lo largo. Así todas. A las que sean muy pequeñas, como brotes, no hace falta que les retiremos el tallo, sólo a las duras.
Ponemos en una cazuela amplia en la que quepan luego todas las espinacas, mientras estemos limpiando las espinacas, el aceite a fuego suave y añadimos la cebolleta y los ajos picados, con una pizca de sal. Dejamos que se cocine suavemente, sin dejar de mover, sin que coja color, unos 15 minutos. Entonces subimos la intensidad del fuego y añadimos todas las espinacas crudas, dando vueltas sin cesar, cubriendo con una tapa. Dejamos que vayan mermando de volumen y cocinandose, reduciéndose el jugo que irán soltando. Así otros 15 minutos. Pasados, destapamos, añadimos la nata y dejamos que también se vaya reduciendo tomando un aspecto cremoso. Añadimos unos granos de sal. Cuando veamos que las espinacas están listas, es decir, no nadan en líquido sino que están ligadas, les añadimos una pizca de pimenta recién molida y nos las comemos, como verdura o como guarnición. Servidas con unas salchichas o unos huevos fritos o escalfados están dabuten.