1’5 Kg. de cordero lechal cortado en trozos hermosos
1´5 l. de vino blanco
1 chorretada de aceite de oliva
2 cebolletas picadas
2 pimientos choriceros abiertos
1 tomate picado
1 zanahoria picada
1 mazo de tallos de perejil
1 cabeza de ajos entera, lavada
Agua
1 cucharada de miel
5 cucharadas de aceite de oliva
Poner los trozos de cordero en una cazuela en la que entren bien. Colocar sobre ellos las cebolletas, el tomate, la zanahoria, los pimientos, los tallos de perejil y los ajos y verter el chorretón de aceite y el vino. Dejarlo así 2 horas en la nevera. Pasado este tiempo, retiraremos la mitad del líquido y añadiremos otro tanto, es decir, la misma cantidad de líquido retirado, de agua. Poner a fuego muy lento y tapado y cocer hasta que el cordero esté tierno, lo que sucederá transcurridos unos 90 minutos aproximadamente. Para comprobar si está hecho, la carne deberá estar tierna al contacto con los dedos. Una vez así, lo sacamos de la cazuela y separamos las verduras del líquido de cocción, añadiendo a este último el líquido de la marinada que teníamos reservado. Para hacer la salsa, poner a pochar a fuego medio las verduras de la marinada (retirando el perejil) en 5 cucharadas de aceite de oliva hasta que queden bien sudadas y oscuras. Iremos añadiendo y reduciendo con el líquido de la marinada hasta 3 veces. Triturar con el turmix y pasarla por un fino, añadiendo la miel. La ponemos a hervir. Introducimos los pedazos de cordero guisados en la salsa colada y lo dejamos hervir una media hora. Rectificamos el sazonamiento. Dejamos reposar antes de volver a calentar y comer.
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CORDERO ASADO CON AJOS
Para 8 personas,
1 cordero lechal de unos 5 kilos, partido en canal en dos, y partir de la última costilla cada canal de nuevo en dos, para separarlo de las patas traseras, operación que pediremos al carnicero que nos haga por amor de dios!
1 pizca de sal gorda
2 vasos grandes de agua
2 cabezas de ajo, lavadas y enteras
Sazonamos los cuatro pedazos con abundante sal gorda y los colocamos todos en una bandeja amplia con la parte exterior del animal hacia abajo y las cabezas de ajo. Rociamos el conjunto con 1 vaso de agua, y lo introducimos al horno a 160º durante aproximadamente 1 hora y tres cuartos. Pasado ese tiempo, les damos la vuelta a los pedazos y a las cabezas de ajo, volvemos a rociar el conjunto con el agua restante y terminamos de hornear otros tres cuartos de hora esta vez a 200º para que se doren y queden crujientes. Deberá estar siempre la bandeja húmeda y no secarse nunca, para lo cual estaremos atentos y añadiremos agua cuando el asado de cordero tenga sed. Servimos los cuartos asados y acompañados de su jugo y las cabezas de ajo asadas, que habrán inundado de sabor la salsa, con una ensalada verde y mucho vino tinto. Podremos untar con el interior de los ajos, bien caramelizados, los pedazos de pan con los que acompañaremos el asado. Mal aliento para luego, pero están de miedo.
CORDERO ASADO EN CAZUELA
1/2 cordero lechal partido en cuatro trozos del mismo peso.
El zumo de 1/2 limón.
1 cucharada sopera de aceite de oliva.
3 dientes de ajo
1 vaso de vino blanco.
2 vasos de agua.
Sal.
Poner a calentar una cazuela amplia en la que quepan holgadamente los pedazos de cordero, provista de tapa. Añadimos aceite de oliva y doramos en él, a fuego suave, los pedazos de cordero previamente sazonados, por todas sus caras, bien tostados, pero sin que se queme ni la carne ni la grasa. Entonces añadimos el zumo de limón, los dientes de ajo y el vino blanco. Colocar la tapa y que vaya cociendo a fuego suave y constante. Durante los 30 primeros minutos el cordero debe de tener siempre un dedo de agua. Esta agua añadida poco a poco se irá haciendo un jugo muy sabroso. Conforme comprobemos que se va reduciendo, iremos incorporando más. Durante este tiempo de vez en cuando iremos rociando y volteando los pedazos de cordero con su jugo, para que vaya cogiendo buen color. El tiempo de cocinado es de 55 minutos aproximadamente. Los últimos 10 minutos, destapamos y dejaremos que el jugo depositado en el fondo se reduzca, de forma que envuelva la pieza de carne a modo de jugo. Dejarlo reposar de nuevo con la tapa puesta, por espacio de unos 10 minutos, antes de servir. Acompañarlo con una buena ensalada.
CORDERO ASADO
Para 8 personas,
1 cordero lechal de unos 5 kilos, partido en canal en dos, y partir de la última costilla cada canal de nuevo en dos, para separarlo de las patas traseras, operación que pediremos al carnicero que nos haga ¡por amor de dios!
1 pizca de sal gorda
2 vasos grandes de agua
Sazonamos los cuatro pedazos con abundante sal gorda y los colocamos todos en una bandeja amplia con la parte exterior del animal hacia abajo. Rociamos el conjunto con 1 vaso de agua y lo introducimos al horno a 160º durante aproximadamente 1 hora y tres cuartos. Pasado ese tiempo, les damos la vuelta a los pedazos, volvemos a rociar el conjunto con el agua restante y terminamos de hornear otros tres cuartos de hora esta vez a 200º para que se doren y queden crujientes. Deberá estar siempre la bandeja húmeda y no secarse nunca, para lo cual estaremos atentos y añadiremos agua cuando el asado de cordero tenga sed. Servimos los cuartos asados y acompañados de su jugo, con una ensalada verde y un buen vino tinto.
CORDERO AL CHILINDRÓN
1’5 Kg. de cordero lechal en trozos medianos
5 pimientos choriceros remojados en agua templada unas dos horas
3 dientes de ajo picados
1 cebolleta grande picada
10 cucharadas de salsa de tomate
1 pizca de aceite de oliva
Sal
En una cazuela amplia doramos los trozos de cordero sazonados, por todas sus caras, con una pizca de aceite de oliva. Una vez tostados, los reservamos en un plato. En la misma cazuela, retirando el exceso de grasa, añadimos la cebolleta y los ajos, una pizca de sal y damos unas vueltas durante 15 minutos a fuego suave. Entonces añadimos el cordero ya tostado con el jugo que halla podido soltar, damos unas vueltas e incorporamos la salsa de tomate, la pulpa de los choriceros y una pizca del caldo de remojo de los pimientos, cubriendo y dejando guisar a fuego muy leve durante al menos 1 hora. Si vemos que se queda seco, vamos añadiendo más agua de remojo de los choriceros, hasta que veamos que el guiso está tierno. Conforme vaya guisándose, vamos añadiendo pizcas de sal. El cordero al final sin nadar en salsa, debe quedar jugoso y con un salsa que empape los trozos ligeramente. Podemos espolvorear una pizca de sal al final.
COCHIFRITO DE CORDERO
1’5 Kg. de cordero lechal en trozos medianos, más bien pequeños
3 dientes de ajo picados
2 cebolletas grandes picadas
1 cucharada de perejil picado
1 pizca de pimentón picante de la Vera
Unos granos de pimienta negra machacados
1 pizca de aceite de oliva
Agua
1 pizca de zumo de limón o de buen vinagre
Sal
En una cazuela amplia doramos los trozos de cordero sazonados, por todas sus caras, con una pizca de aceite de oliva. Una vez tostados, en la misma cazuela, retirando el exceso de grasa, añadimos la cebolleta, los ajos y el perejil, una pizca de sal y damos unas vueltas durante 15 minutos a fuego suave. Cuando el cordero ya queda bien tostado, damos unas vueltas e incorporamos el pimentón y los granos de pimienta machacados. Añadimos hasta cubrir con agua, sazonamos y dejamos que el fuego vaya consumiendo el caldo de cocción, muy despacito, hasta que el cordero se vuelva a refreír, por falta de jugo.
Entonces rociamos el conjunto con zumo de limón o con buen vinagre, damos unas vueltas y dejamos reposar el guiso al menos 10 minutos tapado y lo servimos.
Es importante anotar que después de frito y guisado, el cordero tiene que resultar seco de jugo, semejante a una fritada.
Se suele servir colocando en el centro la cazuela y comiéndolo sobre pan, que hará las veces de plato, como hacían antes los pastores. Podemos espolvorear una pizca de sal al final.
CHULETAS DE CORDERO VILLEROI
1’5 Kg. de chuletillas de cordero, con palo
1 pizca de aceite de oliva
Sal
Bechamel recién hecha, espesa
Harina, huevo batido y pan rallado
Aceite para freír
Sazonamos las chuletitas y las doramos en aceite de oliva, escurriéndolas rápidamente. Una vez frías las pasamos por la bechamel caliente, bien espesa, de forma que cojan una buena capa. Las apoyamos sobre una bandeja aceitada para poder despegarlas luego con facilidad. Una vez frías, las pasamos por harina, huevo batido y pan rallado y las dejamos reposar unas horas antes de freírlas. Si vemos que el pan rallado se humedece en la nevera, las volvemos a pasar por pan, para que al freír queden bien crujientes. Las freímos en abundante aceite de oliva muy caliente, con unos dientes de ajo por ahí sueltos y las escurrimos. Las servimos con patatas fritas, ensalada o con lo que a cada cual apetezca.
ARROZ CON CUELLO DE CORDERO
4 cucharadas soperas de aceite de oliva virgen
1 cuello de cordero lechal cortado en pedazos menudos
1 cabeza de ajos entera
1 cebolleta grande picada
1 vaso de vino blanco
500 g de arroz de grano redondo
1,3 l. de caldo de pollo o agua
Sal
En una cazuela suficientemente amplia ponemos el aceite de oliva. Lo arrimamos a fuego fuerte y sofreímos en él los pedazos de cuello previamente sazonados. Han de quedar bien tostados. Los retiramos a un plato conforme los vamos dorando. Bajamos el fuego y añadimos la cabeza de ajos y la cebolleta, sazonando ligeramente y dando unas vueltas, sin que cojan color. Pasados 10 minutos, añadimos los pedazos de cuello, sofreímos ligeramente, añadimos el vino blanco y dejamos que se consuma a fuego muy suave. Volcamos el arroz, damos unas vueltas y vertemos el caldo o el agua calientes (si es agua, añadimos una pizca de caldo de carne concentrado). Sazonamos ligeramente y cocemos a fuego muy suave por espacio de 16/18 minutos, a cubierto. Pasado este tiempo, apagamos el fuego, dejamos reposar unos minutos y servimos rápidamente. La cabeza de ajos entera suele ser un premio a rifar entre los más interesados.