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PESTO DE PEREJIL

1 manojo muy grande de hojas fresca de perejil
6 dientes de ajo pelados
El zumo de 1 limón
1/4 l. de aceite de oliva virgen
1 trozo pequeño de queso Idiazabal muy curado
1 puñado de almendras o avellanas tostadas
Sal

Lavar las hojas de perejil en abundante agua, adicionada de unas gotas de lejía o de vinagre. Escurrirlas y secarlas bien. Les retiramos los tallos, sólo usaremos las hojas para hacer el pesto.
Las introducimos en el vaso de una batidora con el queso, el ajo, las avellanas o las almendras y el zumo. Accionamos la máxima potencia, añadimos sal y con cuidado, como si se tratara de una mayonesa, vamos añadiendo en fino hilo el aceite de oliva, para emulsionar la salsa. Antes de retirarla comprobamos que esté bien sazonada y si acaso añadimos un poco más de sal y de zumo de limón. La usamos de inmediato y la que sobre, la guardamos en un frasco bien cerrado, en la nevera. Antes de su utilización, la volveremos a dar vueltas con ayuda de una cuchara, para ligarla correctamente.
También podemos hacer la salsa en el mortero, pero es más engorroso.

QUELOPARIÓ O TXIPISTER

300 g de vinagre de sidra
900 g de aceite de girasol
100 g de dientes de ajo pelados, sin el gérmen que tienen dentro
1 cucharadita rasa de sal

Introducimos todos los ingredientes en el vaso de una batidora y accionamos la máxima potencia, hasta obtener un líquido emulsionado amarillento. Lo retiramos a un par de botellas de vidrio transparentes y las reservamos bien abrigadas de la luz y el calor, hasta que las vayamos a utilizar.
Cuando sacamos de la sartén o de la parrilla, un pedazo de pescado o carne asado, agitamos fuertemente la botella y rociamos con un buen chorretón por encima, justo antes de servir. Le da un sabor a ?Getaria? muy característico.

PATATAS ASADAS CON MANTEQUILLA Y AJOS

10 patatas grandes
1 pizca de aceite de oliva
2 cabezas de ajos con piel
1 rama de tomillo
150 g de mantequilla
Sal

Pelamos las patatas y las cortamos en gajos gruesos, a lo largo. Cada patata la cortaremos más o menos, dependiendo del grosor, en unos 8 gajos. Las pasamos por agua, para eliminarles el almidón y las secamos. En una sartén muy caliente, añadimos una pizca de aceite de oliva y las salteamos a fuego muy vivo, justo para colorearlas, puesto que las haremos en el horno más tarde. Bien tostadas, pero duras en su interior, las colocamos en una fuente que pueda ir al horno, sazonándolas y añadiéndoles por encima los dientes sueltos de las dos cabezas, con su piel, la rama de tomillo y la mantequilla en dados. Es importante que todas las patatas toquen el fondo de la fuente, que no estén amontonadas, para que el asado sea perfecto.
Hornearlas a 200º durante 30 minutos, rociándolas a mitad de cocción con la grasa, ayudándonos con una cuchara. Las retiramos, las dejamos templar y las comemos como guarnición de un asado por ejemplo. También una vez fuera del fuego, las podemos espolvorear con perejil toscamente picado.
Se dejan templar para que absorban la mantequilla del asado y estén jugosas. Se pueden servir en la misma fuente de asado, rescatando la pulpa de los ajos asados para acompañarlas.

PASTA CON AJO Y PEREJIL

6 dientes de ajo laminados
8 cucharadas de aceite de oliva
Perejil picado
600 g de pasta recién cocida, al gusto (para este tipo de platos con salsa van bien los espaguetis o tagliatelles)
En una sartén añadimos el aceite y los dientes de ajo laminados, arrimando a fuego muy suave. Dejamos que los ajos se vayan haciendo muy despacito e impregnen de sabor el aceite. Pasados unos 10 minutos, subimos la intensidad del fuego y dejamos que los ajos se doren ligeramente. Entonces añadimos la pasta recién cocida y escurrida y la salteamos, para que se le infiltre el sabor del ajo y el aceite. Espolvoreamos el perejil y servimos.

ESPINACAS SALTEADAS CON AJO

1 Kg. de espinacas frescas
5 dientes de ajo laminados
5 cucharadas de aceite de oliva
Pimienta recién molida
Sal
Limpiamos las espinacas. Las sumergimos todas en una pila de agua fría, adicionada de unas gotas de lejía o de vinagre. Las removemos con las manos y las dejamos unos minutos a remojo para que las impurezas se precipiten al fondo. Las escurrimos cuidadosamente, eliminamos el agua y las volvemos a pasar todas por abundante agua fría, para terminar de limpiarlas bien. Les eliminamos el tallo duro y fibroso, agarrando las hojas y tirando del tallo, que se desprenderá en todo lo largo. Así todas. A las que sean muy pequeñas, como brotes, no hace falta que les retiremos el tallo, sólo a las duras.
Ponemos en una cazuela amplia en la que quepan luego todas las espinacas, mientras estemos limpiando las espinacas, el aceite a fuego suave y añadimos los ajos. Dejamos que se cocine suavemente, sin dejar de mover, sin que coja color. Entonces subimos la intensidad del fuego y añadimos todas las espinacas crudas, dando vueltas sin cesar, cubriendo con una tapa. Dejamos que vayan mermando de volumen y cocinándose, reduciéndose el jugo que irán soltando. Así unos 15 minutos. Pasados, destapamos, añadimos unos granos de sal. Les añadimos una pizca de pimienta recién molida y nos las comemos, como verdura o como guarnición.

ENSALADA DE ESCAROLA CON AJO

2 escarolas limpias, secas y sueltas sus hojas
3 dientes de ajo picados
6 cucharadas de aceite de oliva virgen
Zumo de limón
Sal
En un bol colocar la escarola. En una taza mezclar el zumo de limón, la sal, el aceite de oliva y los dientes de ajo picados. Los vertemos sobre la escarola, damos unas vueltas y servimos rápido.

CORDERO ASADO CON AJOS

Para 8 personas,
1 cordero lechal de unos 5 kilos, partido en canal en dos, y partir de la última costilla cada canal de nuevo en dos, para separarlo de las patas traseras, operación que pediremos al carnicero que nos haga por amor de dios!
1 pizca de sal gorda
2 vasos grandes de agua
2 cabezas de ajo, lavadas y enteras
Sazonamos los cuatro pedazos con abundante sal gorda y los colocamos todos en una bandeja amplia con la parte exterior del animal hacia abajo y las cabezas de ajo. Rociamos el conjunto con 1 vaso de agua, y lo introducimos al horno a 160º durante aproximadamente 1 hora y tres cuartos. Pasado ese tiempo, les damos la vuelta a los pedazos y a las cabezas de ajo, volvemos a rociar el conjunto con el agua restante y terminamos de hornear otros tres cuartos de hora esta vez a 200º para que se doren y queden crujientes. Deberá estar siempre la bandeja húmeda y no secarse nunca, para lo cual estaremos atentos y añadiremos agua cuando el asado de cordero tenga sed. Servimos los cuartos asados y acompañados de su jugo y las cabezas de ajo asadas, que habrán inundado de sabor la salsa, con una ensalada verde y mucho vino tinto. Podremos untar con el interior de los ajos, bien caramelizados, los pedazos de pan con los que acompañaremos el asado. Mal aliento para luego, pero están de miedo.

CONEJO SALTEADO CON AJOS

2 conejos medianos troceados en pequeños pedazos
Aceite de oliva
6 dientes de ajo picados
Perejil picado
Sal
Pedimos al carnicero que nos trocee los conejos. Los sazonamos y los colocamos en una sartén con unas cucharadas de aceite de oliva, a fuego medio y tapado, de forma que se vaya dorando poco a poco y vayan haciendo una costra bien tostada. Vamos moviendo la carne con ayuda de unos tenedores. Es fundamental un fuego pausado y que tras 15 minutos destapemos y avivemos el fuego, añadiendo una pizca más de grasa y los dientes de ajo picados, dando un meneo para que se aromatice la carne y se doren los ajos en unos 5-10 minutos más. Espolvoreamos el perejil picado y podemos si nos gusta, añadir unas gotas de zumo de limón al final para subir el gusto de la carne.

SOPAS DE GATO

1 l. de agua
1 pizca de sal
1 diente de ajo picado
5 cucharadas de aceite de oliva virgen
1 pizca de pimienta negra molida
4 buenos puñados de pan blanco de hogaza viejo cortado en rodajas finas
2 huevos
2 cucharadas de queso rallado
Se pone el agua a hervir con sal, el diente de ajo, el aceite y la pimienta molida. En el momento que rompe el hervor, vamos añadiendo el pan blanco poco a poco, para que vaya integrándose en la sopa y vaya espesando poco a poco, mejor hacerlo así para pillarles el punto de espesor ligerito. Las sopas deben quedar claras, para que al menos estén hirviendo al fuego una media hora, quedando unas sopas claras.
Aparte, batimos los huevos con el queso rallado y tras esa media hora de cocción, añadimos los huevos y el queso, dando unas vueltas. Rectificamos el sazonamiento, apartamos las sopas del fuego y las dejamos reposar bien cubiertas unos 10 minutos. Quedan espesas y cremosas, muy resultonas. Si en vez de con agua, las hacemos con un caldo, quedan estupendas.

CALDO AMAMA DE AJOS, CÓMO HACER

2 dientes de ajo.
Sal
Agua.
Un trozo de pan.
Chorro de aceite de oliva virgen.
Esta receta, la más simple del mundo, no es para cuatro personas, es individual. Este caldo lo tomaremos cuando andemos flojos del estómago, con malestar o ardor. Cuando tengamos el cuerpo “triste”. No falla.
En un cazo ponemos agua con dos dientes de ajo. Lo dejamos hervir a borbotones durante cinco o siete minutos. Apagamos el fuego, le echamos la sal y el chorretón de aceite, y nos lo tomamos lo más caliente posible, con cuidado de que no se nos queme la lengua. Podemos acompañarlo de trozos de pan, como sopa. No hay de qué.