4 paletillas de cordero lechal, de unos 800 g. cada una
2 cabezas de ajo
1 vaso grande de agua
1 chorretada de vino blanco
Sal
Sazonar las paletillas de cordero y colocarlas en una fuente de horno con la parte interior hacia arriba. Añadir las cabezas de ajo y verter el agua y el vino. Asar las paletillas en un horno precalentado a 200º, durante hora y media, rociándolas constantemente con su jugo. A mitad de cocción, darles la vuelta para asarlas por el otro lado. Una vez dada la vuelta, no conviene volver a rociar la carne, para que al final quede tostada y crujiente. El fondo de la fuente no ha de secarse, debe asarse en ambiente húmedo. Si fuera necesario, añadir más agua o vino. Servir las paletillas con su jugo y los ajos.
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PATITAS DE CORDERO GUISADAS
24 patitas de cordero bien blancas
30 dientes de ajo sin pelar
1 puerro picado
1 cebolleta picada
Medio litro de vino tinto
Aceite de oliva
Agua
Harina y huevo batido
Sal
Poner en una cazuela el aceite de oliva y dorar en él todas las patitas por todas sus caras. Ojo con las salpicaduras de aceite. Tienen que quedar muy tostadas. Sacarlas, retirar el exceso de grasa y volcar los ajos, el puerro y la cebolleta. Pochar perfectamente e introducir las patitas doradas, dando unas vueltas y añadiendo el vino tinto. Dejarlo reducir. Entonces cubrir 3 dedos por encima con agua caliente, sazonar ligeramente y cocer tapado a pequeños borbotones por espacio de unas 2’5 horas. Controlar que no les falte agua hasta cubrir e ir añadiendo más si vemos que se evapora. Cuando estén tiernas, retirarlas y colar el jugo de cocción, que colocaremos en una cazuela limpia a hervir despacito. Las patitas las dejamos entibiar y con cuidado de no romperlas, las deshuesamos intentando que no pierdan su forma original, quitando cartílagos y huesitos hasta no dejar ninguno. Conforme se van deshuesando, las pasamos por harina y huevo batido y las rebozamos en aceite muy caliente, dejando que se doren. Las escurrimos y las vamos añadiendo a la cazuela con el jugo, dejando que vayan soltando la gelatina y la salsa vaya espesando. Rectificar el sazonamiento. Antes de comerlas conviene dejarlas enfriar para que reposen y calentarlas de nuevo pasadas unas horas o, incluso, un día o dos. Ganan notablemente.
MOLLEJAS DE CORDERO SALTEADAS
1 Kg. de mollejas de cordero limpias de pellejos
Aceite de oliva
1 pizca de mantequilla
3 dientes de ajo picados
Perejil picado
Sal
Colocamos abundante agua salada a hervir y en el momento que surja el hervor, introducimos las mollejas, añadiendo una pizca de vinagre. Dejamos que estén al fuego a borbotones continuos al menos 15 minutos. Pasados, las escurrimos y las dejamos enfriar. Con ayuda de un cuchillo afilado, retiramos todos los pellejos o bolsitas de grasa que pudieran tener en su exterior, dejándolas bien limpias. Colocamos una sartén al fuego con 1 pizca de aceite de oliva y arrimamos a fuego medio. En el momento que veamos que se calienta, añadimos las mollejas y no las dejamos de menear, para que se vayan tostando lentamente. Subimos el fuego y si vemos que hace falta un poco más de grasa, vamos añadiendo aceite poco a poco, gota a gota. Si se pegan es porque el fuego es demasiado bajo, lo subimos hasta encontrar un punto en el que vayan tostándose y cogiendo color dorado. Deberán estar al fuego al menos 20 minutos, hasta que queden bien rubias. Justo al final, añadimos una punta de mantequilla, perejil y los dientes de ajo picados, dejando unos minutos más antes de servir, para que el ajo pierda el gusto a crudo.
JARRETE DE CORDERO GUISADO
8 Jarretes de cordero bien limpios, con hueso
30 dientes de ajo sin pelar
1 puerro picado
1 cebolleta picada
Medio litro de vino tinto
Aceite de oliva
Agua
Sal
Poner en una cazuela el aceite de oliva y dorar en él los jarretes previamente sazonados, por todas sus caras. Ojo con las salpicaduras de aceite. Tienen que quedar muy tostados. Sacarlos, retirar el exceso de grasa y volcar los ajos, el puerro y la cebolleta. Pochar perfectamente e introducir de nuevo los jarretes dorados, dando unas vueltas y añadiendo el vino tinto. Dejarlo reducir. Entonces cubrir 3 dedos por encima con agua caliente, sazonar ligeramente y cocer tapado a pequeños borbotones por espacio de unas 2 horas. Controlar que no les falte agua hasta cubrir e ir añadiendo más si vemos que se evapora. Cuando estén tiernos, retirarlos y colar el jugo de cocción, que colocaremos en una cazuela limpia a hervir despacio. Las carrilleras las dejamos templar, intentando que no se quiebren y queden de una pieza. Si los guisamos deshuesados, los dejamos enteros, eliminando sólo algún rastro de grasa. Vamos añadiendo los jarretes a la cazuela con el jugo, dejando que vayan soltando la gelatina y la salsa vaya espesando. Rectificamos el sazonamiento.
CUELLO DE CORDERO GUISADO
2 Kg. de cuello de cordero en pedazos muy grandes
30 dientes de ajo sin pelar
1 puerro picado
1 cebolleta picada
Aceite de oliva
Agua
Sal
Poner en una cazuela el aceite de oliva y dorar en él el cuello previamente sazonado, por todas sus caras. Ojo con las salpicaduras de aceite. Tiene que quedar muy tostado. Sacarlo, retirar el exceso de grasa y volcar los ajos, el puerro y la cebolleta. Pochar perfectamente e introducir de nuevo los pedazos de cuello, dando unas vueltas. Entonces cubrir 3 dedos por encima con agua caliente, sazonar ligeramente y cocer tapado a pequeños borbotones por espacio de unas 2 horas. Controlar que no les falte agua hasta cubrir e ir añadiendo más si vemos que se evapora. Cuando esté tierno, retirarlo y colar el jugo de cocción, que colocaremos en una cazuela limpia a hervir despacito para que vaya espesando. Introducimos el cuello guisado en el jugo, dejando que vaya soltando la gelatina y la salsa vaya espesando más. Rectificamos el sazonamiento. Servirlo con puré de patatas o añadir al mismo guiso unos dados de patata frita y escurrida.
COSTILLITAS DE CORDERO AL SARMIENTO
2 ó 3 Kg. de costillitas de cordero
Sal
Sarmientos
Esta receta es inevitable hacerla en el monte o en el jardín, porque podemos montar un cristo de narices si se nos ocurre prender una fogata en casa. Son necesarios sarmientos, que para los que no sepan lo que son, se trata de las pequeñas ramas de las vides, que poda el paisano y que se suelen guardar para asar, una vez prendidos. Es lo que haremos, hacemos una fogata sobre la que acomodamos una buena cantidad de sarmientos, dejando que prendan y hagan llama. Una vez consumida la llama, quedarán rescoldos grises, una brasa incandescente, que es sobre la cual deberemos asar las costillitas. Las emparrillamos en una parrilla doble para que no se nos caigan, y la depositamos sobre el lecho de brasas, bien estirado para que no hagan contacto directo sobre la carne. Dejamos que se doren las costillitas por sus dos lados, a la vez que irán empapándose del aroma del humo y del sarmiento. Las apartamos y directamente sobre un trozo de pan, que se irá empapando con la grasita, las comemos con los dedos, ligeramente sazonadas.
CORDERO GUISADO CON PATATAS
1’5 Kg. de cordero lechal en trozos medianos
2 pimientos choriceros remojados en 1’5 l. de agua templada unas dos horas
3 dientes de ajo picados
2 cebolletas grandes picadas
10 cucharadas de salsa de tomate
5 patatas hermosas cascadas a lo pobre
1 pizca de aceite de oliva
Sal
En una cazuela amplia doramos los trozos de cordero sazonados, por todas sus caras, con una pizca de aceite de oliva. Una vez tostados, los reservamos en un plato. En la misma cazuela, retirando el exceso de grasa, añadimos la cebolleta y los ajos, una pizca de sal y damos unas vueltas durante 15 minutos a fuego suave. Entonces añadimos el cordero ya tostado con el jugo que haya podido soltar, damos unas vueltas e incorporamos la salsa de tomate, la pulpa de los choriceros y caldo de remojo de los pimientos, cubriendo y dejando guisar a fuego muy leve durante al menos 1 hora. Si vemos que se queda seco, vamos añadiendo más agua de remojo de los choriceros, hasta que veamos que el guiso está tierno. 20 minutos antes de terminar el estofado, añadimos las patatas cascadas y una pizca de sal, dejando que hierva los últimos minutos muy despacito, para que las patatas no revienten y queden enteras. Será inevitable que algún pedazo se deshaga y de esa forma ligue aún más la salsa, que es de lo que se trata. El cordero debe quedar jugoso y con un salsa que empape los trozos. Podemos espolvorear una pizca de sal al final si vemos que le falta sazón.
CORDERO GUISADO CON MIEL
1’5 Kg. de cordero lechal cortado en trozos hermosos
1´5 l. de vino blanco
1 chorretada de aceite de oliva
2 cebolletas picadas
2 pimientos choriceros abiertos
1 tomate picado
1 zanahoria picada
1 mazo de tallos de perejil
1 cabeza de ajos entera, lavada
Agua
1 cucharada de miel
5 cucharadas de aceite de oliva
Poner los trozos de cordero en una cazuela en la que entren bien. Colocar sobre ellos las cebolletas, el tomate, la zanahoria, los pimientos, los tallos de perejil y los ajos y verter el chorretón de aceite y el vino. Dejarlo así 2 horas en la nevera. Pasado este tiempo, retiraremos la mitad del líquido y añadiremos otro tanto, es decir, la misma cantidad de líquido retirado, de agua. Poner a fuego muy lento y tapado y cocer hasta que el cordero esté tierno, lo que sucederá transcurridos unos 90 minutos aproximadamente. Para comprobar si está hecho, la carne deberá estar tierna al contacto con los dedos. Una vez así, lo sacamos de la cazuela y separamos las verduras del líquido de cocción, añadiendo a este último el líquido de la marinada que teníamos reservado. Para hacer la salsa, poner a pochar a fuego medio las verduras de la marinada (retirando el perejil) en 5 cucharadas de aceite de oliva hasta que queden bien sudadas y oscuras. Iremos añadiendo y reduciendo con el líquido de la marinada hasta 3 veces. Triturar con el turmix y pasarla por un fino, añadiendo la miel. La ponemos a hervir. Introducimos los pedazos de cordero guisados en la salsa colada y lo dejamos hervir una media hora. Rectificamos el sazonamiento. Dejamos reposar antes de volver a calentar y comer.
CORDERO ASADO CON AJOS
Para 8 personas,
1 cordero lechal de unos 5 kilos, partido en canal en dos, y partir de la última costilla cada canal de nuevo en dos, para separarlo de las patas traseras, operación que pediremos al carnicero que nos haga por amor de dios!
1 pizca de sal gorda
2 vasos grandes de agua
2 cabezas de ajo, lavadas y enteras
Sazonamos los cuatro pedazos con abundante sal gorda y los colocamos todos en una bandeja amplia con la parte exterior del animal hacia abajo y las cabezas de ajo. Rociamos el conjunto con 1 vaso de agua, y lo introducimos al horno a 160º durante aproximadamente 1 hora y tres cuartos. Pasado ese tiempo, les damos la vuelta a los pedazos y a las cabezas de ajo, volvemos a rociar el conjunto con el agua restante y terminamos de hornear otros tres cuartos de hora esta vez a 200º para que se doren y queden crujientes. Deberá estar siempre la bandeja húmeda y no secarse nunca, para lo cual estaremos atentos y añadiremos agua cuando el asado de cordero tenga sed. Servimos los cuartos asados y acompañados de su jugo y las cabezas de ajo asadas, que habrán inundado de sabor la salsa, con una ensalada verde y mucho vino tinto. Podremos untar con el interior de los ajos, bien caramelizados, los pedazos de pan con los que acompañaremos el asado. Mal aliento para luego, pero están de miedo.
CORDERO ASADO EN CAZUELA
1/2 cordero lechal partido en cuatro trozos del mismo peso.
El zumo de 1/2 limón.
1 cucharada sopera de aceite de oliva.
3 dientes de ajo
1 vaso de vino blanco.
2 vasos de agua.
Sal.
Poner a calentar una cazuela amplia en la que quepan holgadamente los pedazos de cordero, provista de tapa. Añadimos aceite de oliva y doramos en él, a fuego suave, los pedazos de cordero previamente sazonados, por todas sus caras, bien tostados, pero sin que se queme ni la carne ni la grasa. Entonces añadimos el zumo de limón, los dientes de ajo y el vino blanco. Colocar la tapa y que vaya cociendo a fuego suave y constante. Durante los 30 primeros minutos el cordero debe de tener siempre un dedo de agua. Esta agua añadida poco a poco se irá haciendo un jugo muy sabroso. Conforme comprobemos que se va reduciendo, iremos incorporando más. Durante este tiempo de vez en cuando iremos rociando y volteando los pedazos de cordero con su jugo, para que vaya cogiendo buen color. El tiempo de cocinado es de 55 minutos aproximadamente. Los últimos 10 minutos, destapamos y dejaremos que el jugo depositado en el fondo se reduzca, de forma que envuelva la pieza de carne a modo de jugo. Dejarlo reposar de nuevo con la tapa puesta, por espacio de unos 10 minutos, antes de servir. Acompañarlo con una buena ensalada.