QUESO, CÓMO CONSERVAR

El queso siempre hay que guardarlo bien hermético, en un recipiente con tapa, para que no coja sabores extraños. En la parte menos fresca de la nevera. Cuando nos venden un pedazo envasado al vacío, no conviene abrirlo hasta que vayamos a consumirlo. Lo mismo para aquellos quesos cremosos que vengan envueltos en telas, papel de estraza o apretados en cajas de cartón o de paja trenzada. Nunca hay que soltar un queso hasta que tengamos previsto comerlo.
Por lo menos con 2 horas de antelación habrá que dejarlos a temperatura ambiente, para que al comerlos estén cremosos y en absoluto fríos, nada peor para un queso que comerlo frío. Y si son muy cremosos, dejarlos fuera pero embalados, por el riesgo que tenemos de que se nos desfonden, se agrieten o reviente la crema del interior. Y no tengamos vuelta atrás.

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