1/2 cordero lechal partido en cuatro trozos del mismo peso.
El zumo de 1/2 limón.
1 cucharada sopera de aceite de oliva.
3 dientes de ajo
1 vaso de vino blanco.
2 vasos de agua.
Sal.
Poner a calentar una cazuela amplia en la que quepan holgadamente los pedazos de cordero, provista de tapa. Añadimos aceite de oliva y doramos en él, a fuego suave, los pedazos de cordero previamente sazonados, por todas sus caras, bien tostados, pero sin que se queme ni la carne ni la grasa. Entonces añadimos el zumo de limón, los dientes de ajo y el vino blanco. Colocar la tapa y que vaya cociendo a fuego suave y constante. Durante los 30 primeros minutos el cordero debe de tener siempre un dedo de agua. Esta agua añadida poco a poco se irá haciendo un jugo muy sabroso. Conforme comprobemos que se va reduciendo, iremos incorporando más. Durante este tiempo de vez en cuando iremos rociando y volteando los pedazos de cordero con su jugo, para que vaya cogiendo buen color. El tiempo de cocinado es de 55 minutos aproximadamente. Los últimos 10 minutos, destapamos y dejaremos que el jugo depositado en el fondo se reduzca, de forma que envuelva la pieza de carne a modo de jugo. Dejarlo reposar de nuevo con la tapa puesta, por espacio de unos 10 minutos, antes de servir. Acompañarlo con una buena ensalada.
CORDERO ASADO EN CAZUELA
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