1’5 Kg. de cordero lechal en trozos medianos
5 pimientos choriceros remojados en agua templada unas dos horas
3 dientes de ajo picados
1 cebolleta grande picada
10 cucharadas de salsa de tomate
1 pizca de aceite de oliva
Sal
En una cazuela amplia doramos los trozos de cordero sazonados, por todas sus caras, con una pizca de aceite de oliva. Una vez tostados, los reservamos en un plato. En la misma cazuela, retirando el exceso de grasa, añadimos la cebolleta y los ajos, una pizca de sal y damos unas vueltas durante 15 minutos a fuego suave. Entonces añadimos el cordero ya tostado con el jugo que halla podido soltar, damos unas vueltas e incorporamos la salsa de tomate, la pulpa de los choriceros y una pizca del caldo de remojo de los pimientos, cubriendo y dejando guisar a fuego muy leve durante al menos 1 hora. Si vemos que se queda seco, vamos añadiendo más agua de remojo de los choriceros, hasta que veamos que el guiso está tierno. Conforme vaya guisándose, vamos añadiendo pizcas de sal. El cordero al final sin nadar en salsa, debe quedar jugoso y con un salsa que empape los trozos ligeramente. Podemos espolvorear una pizca de sal al final.
CORDERO AL CHILINDRÓN
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