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PASTEL DE PATATA Y BEICON

4 patatas de pulpa amarilla, cortadas en rodajas finas
20 láminas finas de beicon ahumado
Queso Idiazabal de media curación rallado
1 trozo hermoso de mantequilla.
Sal y pimienta.

Para hacer este pastel podemos utilizar una cazuelita de barro redonda o un molde de pastel tipo plumcake. Una vez escogido el molde, lo embadurnamos con mantequilla. Lo tapizamos con 10 láminas de beicon, dejando salir un extremo de la loncha hacia fuera para poder luego cerrar la tarta.
Poner en el fondo una capa de rodajas de patata, una pizca de queso rallado, unos pedacitos de mantequilla y tapizar con más lonchas de beicon. Volver a repetir la operación de las distintas capas, patata, queso, mantequilla y beicon hasta terminar las lonchas de beicon, las patatas y el queso. Debemos terminar con una capa de patatas y cerrar, apretando bien con el beicon que sobresale por los costados. Debe quedar bien compacto. Tapar con papel de aluminio y hornear 25 minutos a 200º Dejarlo reposar unos minutos para que las distintas capas de patata se empapen y una vez templado, cortarlo en rodajas gruesas, acompañándolo con una ensalada bien verde. También podemos emplearlo como guarnición de cualquier carne asada o a la plancha.

PATATAS A LA IMPORTANCIA

1 Kg. de patatas peladas y cortadas en rodajas de 1 cm. de grosor
2 cebolletas pequeñas
2 dientes de ajo
4 pistilos de azafrán natural
1 puñado de hojas de perejil
1 vaso de agua
1/2 vaso de vino blanco
Huevo batido y harina para rebozar
Aceite de oliva para freír

Sazonamos las patatas y las pasamos por harina y por huevo batido, friéndolas en abundante aceite caliente, a fuego medio. No deben quedar muy tostadas. Las escurrimos y las colocamos en una bandeja con papel absorbente, para eliminar el exceso de grasa.
En una cazuela amplia, en la que quepan luego holgadamente las patatas, una cazuela más bien baja, añadimos una pizca de aceite en el que hemos rebozado las patatas y sofreímos a fuego medio las cebolletas. Mientras tanto, majamos o en su defecto picamos con cuchillo el ajo y el perejil, incorporándolo al sofrito en el momento que la cebolleta esté dorada. Removemos y echamos el agua. Dejamos hervir y en ese momento añadimos las patatas que teníamos reservadas, el azafrán, sal y el vino. Dejamos cocer a fuego lento hasta que las patatas estén muy tiernas. Si hace falta, durante la cocción añadimos un poco más de agua, de forma que las patatas se hagan en su propia salsa. No deben nadar en ella, el resultado debe ser patatas empapadas en una salsa no muy abundante, que se ligará por acción de la fécula de la patata y el rebozado.

FORMA DE COCER BIEN LAS PATATAS EN AGUA

Es muy importante utilizar patatas de pulpa amarillenta par cocer. Es una regla un poco general, pero normalmente las que tienen una pulpa que tira hacia ese color, son las que una vez cocidas están más prietas y mantienen la forma al cortarlas en rodajas.
Para cocer patatas hay que intentar seleccionarlas de un mismo tamaño medio, para que la cocción sea uniforme y se cuezan en el mismo tiempo aproximado. Las lavamos y las introducimos en agua fría, sazonada. La magia suele ser cocerlas acompañadas de algunos aromáticos para que estén más sabrosas una vez peladas y cortadas en rodajas (unos granos de pimienta negra, un poco de clavo, una ramita de apio, una pizca de puerro, un chorretón de vino blanco, unas gotas de aceite de oliva, etc.).
El hervor debe ser constante y muy pausado, para que las patatas no revienten y al pelarlas no podamos hacer rodajas enteras con ellas. Este punto es muy importante, fuego muy leve. Si las cocemos rápido lo único que conseguiremos será hacer un puré.
Una vez cocidas, dependiendo del tamaño, pero que puedan atravesarse con el filo de un cuchillo, las escurrimos, las dejamos entibiar y las pelamos antes de que se enfríen, para poder soltar la piel más fácilmente. Si no las vamos a comer en el momento, lo mejor es guardarlas sin pelar, para que no oscurezcan. De todas formas es mejor cocerlas al momento, las patatas cocinadas tienen mal genio y no se dejan guardar mucho tiempo ni en la nevera ni a temperatura ambiente. Se endurecen y cogen sabores ajenos.

PATATAS, CÓMO FREIR

Para freír patatas y que queden bien curruscantes, es importante hacer lo siguiente. Una vez peladas y cortadas en tiras o en rodajas o como prefiramos, las lavamos en agua para eliminarles el almidón y así cuando las friamos, ni se peguen, ni se rompan y además queden bien sueltas. Una vez bien lavadas en agua, las escurrimos y las secamos.
Las introducimos en una sartén con aceite de oliva que las cubra, e incluso con algún diente de ajo entero, sin pelar, arrimándolas a fuego muy suave, de forma que borbotee ligeramente, cociéndose las patatas por espacio de unos 20 minutos. Es importante ni voltearlas ni tocarlas con espátula o cubierto alguno, para que no se nos rompan. Conforme pasan los minutos, vamos subiendo la intensidad del fuego, para que empiece a surgir la fritura y las patatas, ya tiernas, empiecen a coger color y a freírse. Es entonces cuando sí podremos voltearlas para que se doren uniformemente. Ya doradas, las retiramos del aceite, escurridas, y las sazonamos con una mezcla de sal fina y sal gruesa. Las servimos rápidamente.

PATATAS, CÓMO COCER EN EL MICROONDAS

Quedan muy bien y no manchamos, para cuando tenemos un antojo de comerlas y no apetece limpiar cazos. Cogemos patatas de tamaño medio y las lavamos, las secamos y las pinchamos con un tenedor por todos sus costados. Las introducimos directamente en la bandeja, sin plato, en un microondas a potencia máxima, 650w. aprox., unos 10 minutos. Pasados, les damos la vuelta y las tenemos otros 8 minutos. Si la base del microondas no es giratorio, colocamos al darles la vuelta, las que estaban en los extremos en el centro y las que estaban en el centro en los extremos. Al sonar el timbre y acabar la cocción, las sacamos con cuidado de no quemarnos, las ponemos sobre la encimera de la cocina y las tapamos con un plato hondo o una bandeja, hasta que se enfríen y para que queden uniformemente cocidas y con la pulpa bien prieta. Las pelamos y las acomodamos como queramos, en ensalada, aliñadas con sal y aceite de oliva, con una pizca de mantequilla, etc.

PATATAS, CÓMO ALMACENAR

Parece algo tonto, pero las patatas llenas de flores, raíces y germinadas son una desgracia para la vista, además de una pérdida irreparable. Para que no pase, intentar siempre almacenarlas en un sitio oscuro, seco y al abrigo de elementos que las estropeen más rápidamente como las cebollas. Cebollas y patatas son un matrimonio imposible.Intentar que el fondo donde reposan esté protegido con un trapo, papel de periódico o algo similar y nunca pensar que es un ingrediente eterno. Envejecen lentamente y con belleza, como Marlene Dietrich, pero irremediablemente les llega su fin. Más de 3 semanas no es aconsejable tenerlas esperando para freírlas, guisarlas o hacer una tortilla.

PATATA. CÓMO COCER

Para cocer las patatas, lo mejor es cocerlas con su piel. Las lavamos, para eliminar cualquier rastro de suciedad o tierra y las colocamos en el fondo de una cazuela, cubriéndolas de agua fría y los siguientes ingredientes; un chorretón de aceite de oliva y otro generoso de vino blanco, un puerro, 1/2 cebolleta, unos granos de pimienta negra, una ramita de apio y un puñado de sal gorda. Cuando cocemos patatas hemos de intentar que todas sean de un tamaño calibrado, nada de meter en el mismo cazo unas grandes y otras minúsculas. Tapamos, arrimamos a fuego muy suave y dejamos que comience el hervor muy lentamente, momento en el cual comprobaremos el sazonamiento, añadiendo más sal si fuera necesario. Las dejamos cocer hasta que veamos que se pueden atravesar fácilmente con la punta de un cuchillo pequeño, tras unos 15-20 minutos de cocción aproximadamente.
Una vez cocidas, las escurrimos del agua, las volvemos a meter en la cazuela vacía en la que se cocieron, las cubrimos con su tapa y las dejamos así enfriar unos 20 minutos antes de pelarlas. Si obedecemos, la piel se levanta con la mirada y la pulpa de la patata estará homogénea, compacta y al partirla en rodajas, éstas no se quebrarán. Es muy importante que el hervor sea siempre continuado pero muy leve, para que las patatas no revienten.