6 huevos
300 g de aceite de oliva
300 g de harina
300 g de azúcar
1 pizca de levadura
Azúcar en polvo
Tiene que haber el mismo peso de huevos que de aceite, harina y azúcar. Batimos en un bol los huevos con el azúcar hasta que esponjen y formen una crema espesa y gruesa. Entonces, poco a poco se va añadiendo el aceite y batiendo sin cesar. Por último incorporamos la harina y la levadura, en fina lluvia y dando vueltas de arriba hacia abajo con una espátula para que se integre bien en la masa. Metemos esta masa en cápsulas de papel hasta la mitad y a su vez colocadas sobre una bandeja. Las horneamos a 220ºc. hasta que veamos que comienzan a inflar y a dorarse y pasados estos 15 primeros minutos bajamos la temperatura del horno a 190ºc. para que terminen de hacerse por dentro y de dorarse homogéneamente por la superficie, otros 15/20 minutos. Para saber si están, basta con pincharlas con una aguja y ver si sale limpia y seca. Si no es así, es que aún están crudas en su interior.
Una vez frías las espolvoreamos con azúcar en polvo. Las podemos almacenar en una caja bien cerrada hermética para que no se sequen.