750 g. de fresas bien maduras, partidas en cuartos
1 pizca de miel
1/4 l. de zumo de naranja
Asegurarnos de que las fresas estén libres de bichos y de su rabo. Las pasamos volando por agua y las escurrimos delicadamente en un trapo antes de cortarlas en cuartos. Las rociamos con miel, las dejamos unos 10 minutos en la nevera y las servimos bien frías, en boles, acompañadas del zumo de naranja recién exprimido y bien fresco.