2 latas de pimientos del piquillo
5 cucharadas de aceite de oliva
6 dientes de ajo laminados
Perejil picado
Sal
Escurrimos los pimientos de las latas. En una sartén con el aceite, doramos los filetes de ajo y en el momento que estén, antes de que se nos quemen, añadimos los pimientos y una pizca de sal. Los dejamos a fuego suave, sin dejar de dar vueltas, hasta que veamos que el jugo que sueltan se reduce y evapora, quedando la grasa limpia y los pimientos ligeramente oscuros y con la carne mucho más confitada. Tardaremos unos 30 minutos. Los espolvoreamos con perejil picado y los servimos como guarnición o en ensalada, tibios y con algún tropezón elegante por encima (bonito en láminas, ventrescas, sardinillas en aceite, unas mollejas salteadas, etc.)