La canela es una especia ardiente y muy perfumada. Cada vez que la usemos en preparaciones que luego vayamos a colar, bebidas, infusiones, cremas, natillas, sopas, salsas, etc., es mejor que echarla entera, romperla con las manos en muchas astillas pequeñas y tirarlas al líquido en ebullición. De esta forma explota mucho más el aroma y la especia se aprovecha mejor. Igual que ocurre con la vainilla, insistimos una y mil veces, la podemos usar más veces, secándola y empleándola por ejemplo para hacer un azúcar “acanelado”.
Sólo la usaremos entera, sin romper, cuando no la podamos pescarla una vez cocinada, como en un arroz con leche, por ejemplo.
Igual que toda especia, hay que guardarla en un recipiente hermético, para que no pierda sus aceites naturales y el olor.
CANELA, CÓMO EMPLEARLA
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