5 calabacines hermosos
1 loncha gruesa de jamón partida en dados pequeños
1 diente de ajo picado
1 cebolleta picada
6 cucharadas de aceite de oliva
sal
Limpiamos los calabacines con agua y les retiramos los dos extremos. Longitudinalmente los partimos en dos y a su vez las dos mitades en rodajas finas, como si fueran medias monedas. En una sartén amplia o en una cazuela en la que no se nos pegue la verdura al fondo, añadimos 4 cucharadas de aceite, la cebolleta y el ajo. Lo colocamos a fuego suave y lo rehogamos durante unos 20 minutos, sin que coja color. Debe quedar la cebolleta tierna. Añadimos los dados de jamón y los dejamos unos segundos, justo hasta que comiencen a deshacerse. Retiramos todo a un plato.
Subimos el fuego a tope y añadimos en el mismo recipiente las dos cucharadas restantes de aceite. Cuando humee, añadimos el calabacín y unos granos de sal, dejando que se saltee y la verdura quede tersa, durita, pero ligeramente tostada. Meneamos frecuentemente el contenido. Pasados aprox. 10 minutos, añadimos a los calabacines la cebolleta, el ajo y los dados de jamón salteados con antelación y damos unas vueltas para que se mezclen bien con la verdura. Servimos.
Puede ser una guarnición excelente o un plato de verdura muy sabroso.
Además con esta base podemos cuajar añadiendo unos huevos batidos, un revuelto o una tortilla, o añadiendo unos granos de arroz y caldo, un arroz de calabacines excepcional.